Días de playa, noches de chiringuitos, comidas más fresquitas, helados deliciosos, vacaciones escolares y tardes de sol. Podríamos enumerar una larga lista de cosas que nos gustan del verano y probablemente no acabar nunca. Sin embargo, también hay ciertos peligros asociados al verano que está en nuestra mano evitar.
Uno de ellos es el conocido popularmente como golpe de calor. En los informativos hablan de él casi a diario durante la temporada estival pero, ¿sabes realmente qué es y cómo se produce? ¿Sabrías reconocer sus síntomas o cómo prevenirlo?
Hoy queremos hablar en profundidad sobre este problema que cada año se cobra decenas de víctimas en España y miles en todo el mundo. Evidentemente, aquellos países donde el calor es más acuciante es donde más se sufre este problema tan grave que no debemos ignorar ni pasar por alto.
¿Qué es un golpe de calor?
Un golpe de calor es un aumento exagerado de la temperatura del cuerpo. Normalmente se produce cuando la temperatura corporal supera los 45 grados centígrados. Este exceso de calor provoca la pérdida de agua y sales minerales, así como la imposibilidad de regular la temperatura corporal de manera natural.
Existen dos tipos de golpes de calor. Por un lado encontramos el golpe de calor por exceso, aquel que se produce al hacer ejercicio intenso en condiciones climáticas demasiado calurosas o mal ventiladas; por otro, el golpe de calor clásico, que afecta a ancianos, enfermos y niños por sus particulares condiciones corporales.
Precisamente estos tres tipos de sujetos conforman los llamados grupos de riesgo: ancianos, niños y enfermos muestran más predisposición a sufrir un golpe de calor, aumentando además la probabilidad de que éste sea mortal. Por ello, aunque todos debemos cuidarnos del golpe de calor, es especialmente importante extremar las precauciones con ellos para no tener que lamentar las consecuencias y pasar un verano agradable.
Síntomas del golpe de calor
En verano es fundamental que estemos atentos a las señales que nuestro cuerpo nos envía, ya que en él podemos reconocer a tiempo que vamos a sufrir un golpe de calor y tratar de prevenirlo. Sin embargo, aunque la temporada estival es cuando este problema cobra mayor protagonismo, es importante no bajar la guardia el resto del año y mantenernos siempre hidratados y protegidos del calor.
Si en días muy calurosos presentas varios de estos síntomas, ten mucho cuidado ya que probablemente sean síntomas de un golpe de calor:
- Temperatura por encima de los 39º
- Calor asfixiante
- Sudoración excesiva
- Sed y sequedad en la boca y en la piel
- Cansancio extremo
- Mareos y vértigos
- Náuseas
- Dolor de estómago
- Falta de apetito
- Calambres en las piernas o brazos
- Dolor de cabeza opresivo o pulsátil
En el caso de los bebés, un llanto desconsolado, un sudor excesivo o una piel muy irritada son tres síntomas visibles del golpe de calor.
¿Cómo podemos prevenir el golpe de calor?
La prevención es fundamental para evitar sufrir un golpe de calor. Debemos tomar estar precauciones en cualquier época del año, pero especial e ineludiblemente en verano. Incluso si no formas parte de algunos de los grupos de riesgo o nunca has sufrido algo similar, no debes bajar la guardia.
En la alimentación encontrarás la primera clave de prevención. Evita las comidas copiosas o pesadas, especialmente si a continuación te vas a exponer al sol o te encuentras en una zona calurosa. Además, el alcohol, la cafeína y los refrescos muy azucarados también se deben evitar. Bebe agua y bebidas isotónicas continuamente, incluso si no tienes sed. Esto también aplica a los niños, no esperes a que te digan que quieren beber, ofréceselo cada poco tiempo.
Debes reducir la actividad física en las horas más calurosas del día. Es preferible que madrugues o que dejes el deporte para la noche antes que realizarlo al mediodía. Busca además zonas de sombra.
La ropa es otro de los factores que te ayudarán a prevenir un golpe de calor. Tejidos ligeros, vaporosos, de colores claros y, preferiblemente, prendas que no estén muy pegadas al cuerpo. En los meses de más calor evita la lycra, el color negro y los pantalones largos o los zapatos cerrados. No olvides tampoco proteger tu cabeza: seguro que de pequeño tu abuela insistía mucho en este tema y no le faltaba razón. Una gorra, un pañuelo o un sombrero bonito, cada vez hay más opciones en las tiendas para proteger tu cabeza del sol no solo en la playa, también durante tus paseos por la ciudad.
Si te gusta pasar los días en la playa, evita el horario de 12h a 17h ya que es cuando el sol se encuentra en su momento más peligroso. Si has planeado una jornada completa playera, pasa estas acuciantes horas bajo la sombrilla, protege tu cabeza con una gorra o sombrero, mójate el cuerpo frecuentemente, hidrátate y utiliza protector solar para evitar los daños del sol en tu piel. Si vas a hacer un picnic en la orilla del mar con tus amigos, tu pareja o tu familia, llevad alimentos ligeros y frescos. Sándwiches, ensaladas de arroz o pasta, gazpacho, salmorejo, frutas y helados son algunos de las mejores comidas para llevar a la playa.
No le restes importancia a un golpe de calor, sus consecuencias podrían ser mortales.