No eres el único o la única que está viviendo situaciones muy raras y complicadas tras la cuarentena. Y no es para menos. Estamos sufriendo un cambio muy importante en nuestras vidas, radicalmente, casi de un día para otro, nuestra forma de vivir cambió. En España, a mediados de marzo comenzó un confinamiento total que duró más de lo esperado (a la promesa de quince días la superó la realidad de varios meses). A día de hoy, ocho meses después, podemos salir de casa, pero todo ha cambiado. Ahora llevamos mascarillas, hay toque de queda nocturno, no se puede entrar ni salir de algunos municipios e incluso muchas personas han tenido que abandonar su trabajo. A todo esto se le suma la incertidumbre de que el virus sigue en la calle, contagiando y matando personas. ¿Cómo no iban a salir fobias tras la cuarentena?
Parece lógico que todo esto tenga consecuencias psicológicas y es que, si nos hubiesen puesto un tráiler de lo que iba a ser 2020, no nos lo habríamos creído y, tras salir de la incredulidad inicial, seguro que habríamos tenido la piel de gallina. Numerosos psicólogos hablan ya de ciertas fobias tras la cuarentena y, en general, no solo por el tiempo que estuvimos encerrados en casa, si no por todo lo que ha cambiado nuestra forma de entender la vida.
¿Será algo pasajero? La vacuna ya está a la vuelta de la esquina, incluso, en España se habla ya de un plan de vacunación inicial que comenzará en enero de 2021 y que se prolongará durante el primer semestre del año, por lo que todo apunta a que sí, a que por suerte queda poco de virus y pronto podremos volver a retomar la normalidad. Pero, ¿de verdad volverá aquello que conocíamos como normalidad? El tiempo dirá pero, por ahora, lo que sí tenemos que tratar de hacer es luchar contra esas fobias tras la cuarentena, entenderlas, evitar que dominen nuestra vida y ponerles solución.
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Miedo a la soledad: la mayor de las fobias tras la cuarentena
Mucha gente ha tenido que pasar esta cuarentena en absoluta soledad. Han sido varios meses sin poder ver a nadie ni hablar con nadie más allá del mensajero que repartía los pedidos a domicilio o las videollamadas de los fines de semana con viejos amigos. Sin embargo, esto ha desembocado en algunas personas en una fobia conocida clínicamente como eremofobia o miedo a la soledad.
El miedo a estar solo con uno mismo puede tener múltiples lecturas, ya sea por pensamientos destructivos que no nos hacen ningún bien o simplemente por el qué puede pasar al estar solo.
Miedo a las aglomeraciones: otra de las más comunes
En el otro lado de la moneda está precisamente el punto contrario: el miedo a las aglomeraciones o demofobia. Consiste en un temor a estar en lugares muy concurridos de gente y esto puede suceder por dos motivos. Bien porque tengamos miedo a contraer el virus o bien, precisamente, porque nos hemos acostumbrado a estar en soledad y vernos ahora en un entorno concurrido nos sobrepasa.
Lo mejor en este caso es superar la fobia poco a poco, siempre manteniendo las recomendaciones sanitarias todavía vigentes.
Miedo a la enfermedad: lo más habitual en una pandemia
No vamos a hablar de “fobias lógicas” porque no sería correcto definirlas así, pero lo cierto es que tener miedo a caer enfermo, cuando el mundo entero está sumido en una pandemia, es algo totalmente razonable. Sin embargo, el problema reside en llevar este pensamiento más allá y que llegue a controlar nuestra vida. Se le conoce como hipocondría y hay que diferenciarlo bien de ser responsable y no querer hacer cosas que no sean seguras.
El miedo a la enfermedad está ahí y todos, en mayor o menor medida, podemos sufrirlo. Sin embargo, hay que tratar de restarle importancia y que no nos impida hacer nuestra vida. Si nos quita el sueño, entonces hay que ponerse en tratamiento con un profesional, pero no solo con esta, también con el resto de fobias tras la cuarentena.
Fobia a la muerte: ¿quién no la tiene?
¿Quién no tiene miedo a morir? Prácticamente nadie. Sin embargo, hay que diferenciar un temor “normal” con una auténtica fobia. La pandemia también ha traído consigo un aumento de casos de tanatofobia, es decir, miedo a la muerte.
Lo mejor en estos casos es tratar de ver la muerte como algo natural y necesario como la vida, pero sabiendo que no llegará antes ni después por pensar en ella.
Miedo a la suciedad: desinfectando 24/7
Llevamos desde el mes de marzo obsesionados por la limpieza, ya que este es uno de los caminos más seguros para protegerse del virus. Desinfectamos nuestras manos decenas de veces al día, desinfectamos los paquetes que recibimos en casa, tenemos más cuidado y esmero con la limpieza de la casa…
Esto ha hecho que muchas personas desarrollen lo que se conoce como rupofobia o miedo a la suciedad, porque en ella ven un potencial enemigo que atrae al virus, ese ser indeseable que nos puede estar acechando todo el día, en los rincones que menos esperamos…
Miedo al contacto físico: otra de las fobias tras la cuarentena
El contacto físico es uno de los principales enemigos de la salud pública en nuestros días. Por eso, esto, unido a los meses que hemos pasado solos en cuarentena, ha hecho que muchas personas desarrollen haptophobia o miedo al contacto físico. Nuestra sociedad era muy de tocarse, muy de besos y abrazos, sin embargo, entre algunos individuos se podría desarrollar una fobia injustificada cuando todo esto pase.
De nuevo, la ayuda de un profesional de la salud mental y el paso del tiempo serían los mejores consejeros en esta y en el resto de fobias tras la cuarentena.
Miedo a los espacios cerrados: una vieja conocida
Muchas personas ya sufrían agorafobia o miedo a los espacios cerrados, sin embargo, ahora ha aumentado el número de fobias tras la cuarentena que versan en torno a este miedo. La agorafobia puede suceder por el temor a contraer el virus en un espacio pequeño.
También, nos estamos acostumbrando a vivir al aire libre, en espacios abiertos y cuando llegue el momento de volver a entrar en uno cerrado en muchas casos se puede desarrollar una agorafobia injustificada.
Cómo superar las fobias tras la cuarentena
La mejor manera de superar las fobias tras la cuarentena es tratar de encontrar la forma de ir dando pasos hacia adelante. Cada nuevo avance, por insignificante que sea, supone borrar el camino y empezar uno nuevo, sin fobias ni miedos.
Pero si te ves capaz de hacerlo solo o sola, pide ayuda. Hay quienes tratan de apoyarse en amigos o familiares, personas de su círculo cercano, sin embargo, recuerda que ellos, aunque te conocen bien, tal vez no cuenten con las herramientas necesarias para conseguir el gran cambio. Si necesitas ayuda profesional, de un psicólogo o tal vez de un psiquiatra, no lo dudes y pídelo. Cada día que tardes es un día que estás dejando de vivir con intensidad por culpa de tus fobias. ¡Diles adiós!
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