El hígado es uno de los órganos a los que más cuidado deberíamos prestar y, sin embargo, no lo vemos, no lo notamos y, por tanto, solemos ignorarlo bastante. Sin embargo, cuidarlo es fundamental para gozar de una buena salud y poder vivir sin trastornos importantes y sin dolor. Sí, existe el dolor en el hígado, aunque quizás no sabes identificarlo a ciencia cierta ya que es algo peculiar y poco frecuente.
En este artículo te hablaremos sobre el dolor en el hígado, sus síntomas, sus causas y por qué deberías cuidar más este órgano.
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Dolor en el hígado, todo lo que debes saber
¿Para qué sirve el hígado?
El hígado, ese gran desconocido, tiene muchas funciones. Por ejemplo, segregar bilis, sintetizar ácidos grasos, procesar el alcohol, eliminar fármacos mediante la orina, controlar nuestro metabolismo…
Tiene forma triangular, un peso aproximado de medio kilo y color marrón. Se ubica en el lado derecho del abdomen.
Síntomas del dolor de hígado:
El dolor en el hígado se localiza en la zona que hemos mencionado y sus síntomas principales es que se suele definir como un dolor sordo, debajo de las costillas, de manera constante. Además, también suele doler a la vez la espalda o los riñones.
Pero para saber si nos duele el hígado u otra cosa, nos podemos fijar también en si hay cansancio injustificado o si hay una pérdida de peso y apetito. De cualquier modo, lo más aconsejable será siempre consultar con un doctor.
Causas del dolor en el hígado:
Hay tres causas principales del dolor en el hígado, aunque evidentemente puede doler por muchos otros motivos:
Inflamación: lo que se conoce como hepatomegalia, se trata de una extensión del hígado más allá de su tamaño habitual. Cuando el hígado ocupa un espacio mayor del que tiene asignado por defecto, es normal que sintamos molestias y dolor. Esto puede ocurrir por alcoholismo, cirrosis, mononucleosis, exceso de grasa, cáncer hepático, leucemia, etc.
Hepatitis: la hepatitis origina también una inflamación del hígado debido a una infección vírica y suele estar relacionado por ingestión de alimentos contaminados, agua no potable o infecciones contraídas por, por ejemplo, transfusiones de sangre.
Cirrosis: por último, la cirrosis aparece como última fase de una hepatitis crónica y sucede cuando el hígado no cicatriza bien. También por alcoholismo.
Imprescindible consultar con un médico:
Como ves, todos los asuntos relacionados con el dolor en el hígado suelen estar ocasionados por algún trastorno de salud al que no debemos restar importancia. Es relevante que consultes con tu médico cuanto antes y que no te diagnostiques tú mismo en casa. El dolor en este órgano es muy delicado, tanto por la dificultad de saber si procede de ese órgano o de otro como por las consecuencias que podría desencadenar, imprescindible cogerlo en una etapa temprana no solo para acabar con el dolor, también para evitar que la enfermedad que esté provocando este dolor vaya a más y sea casi irreversible. Por tanto, consulta cuanto antes con un doctor.
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