Cuando comenzamos una nueva relación es posible que nos surjan dudas sobre las posibles diferencias en una pareja a las que nos vamos a tener que enfrentar en el futuro. Porque, como ya sabes, al principio todo es muy bonito (o al menos, debería serlo, si no lo es deberías mirar qué está fallando), pero con el paso del tiempo las diferencias en una pareja se hacen todavía más notables.
En algunos casos, son cosas sin mucha importancia, pero en otro sí son más trascendentales y de nosotros depende salvarlas o no. ¿Podemos ponerle solución? La mayoría de las veces, sí. Para ello, debemos tener claro que hay que ceder, pero los dos, no siempre se puede decantar la balanza hacia el mismo lado. También debemos practicar la empatía y tratar de ponernos en el lugar del otro y, sobre todo, no imponer nuestra verdad absoluta. Si nadie se atreve a decírtelo, te lo decimos nosotros, no la tienes. Pero ni tú ni la otra persona. Por ello, debemos tener claro que una relación de pareja fuerte y estable será aquella en la que los dos tengan como objetivo superar las diferencias que, seguro, van a surgir.
¿Quieres algunos ejemplos de las cosas que podéis no tener en común y cómo enfrentarte a ellas? Te los ofrecemos a continuación.
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Horarios:
¿Cómo de importante es que coincidan los horarios en una pareja? Mucho. Muchísimo. Es una de las diferencias en una pareja más importantes. Pero no siempre es posible. El trabajo manda y si trabajais los dos a turnos y tenéis la mala suerte de que no os coinciden, es posible que llegue un momento en el que ni siquiera os podáis ver durante los días de trabajo y solo os queden los días libres. En este punto, evidentemente, no podemos hacer mucho ya que no podemos dejar el trabajo. Pero sí podemos buscar el cambio y, mientras tanto, aprovechar todo el tiempo libre con tu pareja. Porque si solo tienes un día para verle y decides que prefieres irte con tus amigos o amigas, por sistema, hay un problema grande.
Si no os podéis ver físicamente, siempre podéis intentar llamaros todo lo posible y mantener el contacto durante el día vía apps de mensajería instantánea. No trates de controlar en todo momento qué hace tu pareja o dónde está, pero tampoco lo dejes en el olvido o al final será lo que terminará ocurriendo.
Gestión del tiempo libre:
Llega el momento de disfrutar de la noche libre o de un domingo. ¿Os ponéis de acuerdo? Lo ideal sería que en una pareja los dos tuviesen los mismos gustos, ya que de esta manera disfrutaréis los dos. O al menos no cerrarte a la idea de que no te gusta algo y por tanto no lo haces. Intentad empaparos del otro y tratad de abrir la mente para intentar compartir hobbies. Por ejemplo, si a uno le gusta mucho el fútbol y al otro no, intenta verlo para que te empiece a atraer y deja que tu pareja te trasmita su emoción. Lo mismo ocurre con el cine, la música, el teatro o los restaurantes…
En caso de que realmente no consigáis emocionaros con lo que le emociona a tu pareja, sed sinceros y habladlo. No siempre tenéis que hacer todo juntos, pero en cualquier caso lo ideal sería que cedierais. Hoy tú me acompañas al fútbol, pero mañana tú eliges peli. ¿Qué te parecen estos pactos?
La clave al final consiste en que cedáis los dos, pero os encontréis a gusto en todo momento. Si llega un punto en el que veis que vuestros hobbies, todos, son totalmente opuestos y que no conseguís disfrutar del tiempo que compartís juntos, tenemos un problema que hay que analizar.
A comer:
A la hora de comer ocurre lo mismo que con los hobbies, es otra de las principales diferencias en una pareja. En muchas relaciones se da el eterno debate de la tortilla de patatas con cebolla o sin ella. Es solo un ejemplo, pero en general, especialmente cuando la comida es para compartir, hay que amoldarse a los gustos de los dos. Puede ser que la pizza favorita de uno sea la de cuatro quesos y el otro odie el queso. Puede ser que tú ames el sushi pero nunca puedas ir a un japo porque al otro no le gusta. ¿Qué hacemos entonces?
En cuestiones de paladar es complicado ceder, pero intenta encontrar un punto intermedio. Por ejemplo, las pizzas a mitades las suelen hacer en todos lados y a la hora de cocinar en casa, puedes buscar la forma de darle el toque final a tu comida, aunque te lleve un poco más de tiempo. ¿Uno ama la boloñesa y el otro la carbonara? Coced juntos la pasta y después que cada uno le dé el toque final. Incluso, podéis aprovechar los días que el otro come fuera de casa para ese día daros el homenaje y hacer lo que realmente os gusta a vosotros.
Vida social:
¿Te gusta la tranquilidad y tu pareja prefiere salir de discotecas? ¿El plan de manta peli es el más apetecible para ti pero tu pareja quiere tener todos los días la casa llena de amigos? ¿No soportas a los amigos de tu pareja o él no termina de encajar en tu familia? Evidentemente, la vida social es un aspecto delicado en una pareja, pero también es una buena ocasión para oxigenaros. No siempre tenéis que hacer todo juntos, ten esto claro. Si tenéis una relación normal, en la que pasáis bastante tiempo juntos, cuando llegue el fin de semana o el jueves por la noche podéis hacer planes por separado sin ningún problema. Si tu mejor amiga quiere un café contigo, no tiene que ir siempre él, si su amigo quiere ver deportes y beber cerveza, tú tampoco tienes por qué apuntarte siempre. Así construiréis una relación sana y podréis seguir avanzando como personas independientes, pero en pareja. No dejes que esto se convierta en una de las diferencias en una pareja.
Proyectos futuros:
El punto más importante es el de los proyectos futuros. Todo lo que te hemos dicho hasta ahora han sido temas bastante intrascendentales, que pueden provocar peleillas diarias si no sabéis gestionarlos bien pero que al final tienen solución. Siempre. El principal problema va a llegar cuando os sentéis a hablar sobre cosas verdaderamente importantes. ¿Uno quiere tener hijos y el otro no? ¿Uno quiere vivir en el extranjero y el otro no quiere dejar su pueblo? En este punto, más que pensar en que ceda uno u otro, debéis pensar si realmente estáis dispuestos a hacer un sacrificio tan grande como tomar una decisión que os va a cambiar la vida en un sentido en el que, en el fondo, no queréis que cambie. En estos casos, debéis hablar mucho, intentar encontrar una buena solución intermedia con la que los dos estéis bien y no se base solo en el sacrificio y, si no lo conseguís, debéis plantearos si esos proyectos son más importantes para vosotros que la relación. Si es así, lamentablemente, no hay mucho más que decir. Hay algunas veces que las diferencias en una pareja son irreconciliables.
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