El chocolate podría ser descrito como ángel y a la vez demonio, pues es un alimento que se obtiene a partir de la mezcla de dos productos o ingredientes fundamentales. Por un lado, el azúcar, por el otro el cacao. La elaboración de chocolate se realiza mezclando la pasta y la manteca de cacao con el azúcar que le endulza.
Partiendo de esta elaboración básica, es que se crean los distintos tipos de chocolate que hoy conocemos y degustamos. No importa si contienen leche o frutos secos, la pasta básica del chocolate siempre está compuesta por estos dos elementos.
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Origen del chocolate
Es un producto de América y en sus orígenes se consumía el chocolate o, mejor dicho, el cacao, a partir de una especie de “cerveza”. El chocolate original era una bebida basada en la fermentación de la pulpa del fruto del cacao. Por entonces, tenía una función mayoritariamente ritual. Esta era empleada por los sacerdotes y las clases altas de las antiguas civilizaciones precolombinas.
Es conocido que tanto los olmecas, como los mayas y aztecas consumían el chocolate aderezada con el chile. En ese tiempo esta bebida se encontraba relacionada con el poder y solía ser la bebida preferida de las realezas. Estas lo consumían acompañadolo igualmente de vainilla.
Desde aquel entonces el chocolate era considerado un alimento energizante y capaz de otorgar mayor vitalidad. De ahí que su consumo estuviera prácticamente restringido para las clases populares. Al efecto, este solo pudiera ser degustarlo ocasionalmente y mezclado con harina y miel.
Teniendo en cuenta la mitología maya, el cacao fue otorgado a los mayas por el dios Kukulkán luego de que el hombre fuera creado a partir de los granos del maíz.
El cacao
El ingrediente primordial del chocolate es el cacao. Contiene numerosas sustancias entre las que se encuentran la anandamida, la arginina, dopamina, epicatequina, histamina, magnesio, serotonina, triptófano y flavonoides, entre muchísimas otras.
Su efecto estimulante, por ejemplo, se debe a la teobromina. Se reporta que esta es la que produce un aumento del nivel de serotonina y dopamina. La epicatequina por su parte tiene efectos especialmente beneficiosos en cuanto se considera antioxidante.
Sea por una razón o por otra, lo cierto es que el cacao tiene numerosas propiedades medicinales. Teniendo en cuenta estas multiples propiedades de carácter beneficioso es que se emplea formando parte de muchos remedios tradicionales. Por ejemplo, el cocimiento que se obtiene de las semillas de cacao puede ser utilizado para los tratamientos del asma. De igual modo el cacao se emplea para ayudar a las personas que padecen de astenia o decaimiento crónico. También se emplea en algunos cuadros de diarrea, inapetencia, malaria, parasitismo, pulmonía, tos, cólico e incluso se le supone que resulta altamente efectiva para casos de envenenamiento.
El aceite que se extrae de las semillas de cacao se puede emplear para el tratamiento de heridas. Otras aplicaciones se relacionan con erupciones cutáneas, así como de quemaduras leves. Este aceite, también conocido como manteca de cacao, es muy empleado para evitar que se cuarteen los labios cuando llegan los meses de invierno. Pero del mismo modo se puede emplear en afecciones dermatológicas, dolor de muela, fatiga, malaria y reumatismo.
Por su parte las hojas tiernas del árbol del cacao se pueden usar para desinfectar heridas poco profundas.
Composición nutricional del chocolate
Desde el punto de vista nutricional el chocolate tiene dos aportes fundamentales, que son, las grasas y el propio azúcar. Ambos, son ingredientes de tipo calórico, por lo que su consumo en altas cantidades puede resultar perjudicial.
Los hidratos de carbono
Los carbohidratos o hidratos de carbono presentes en el chocolate son proporcionados fundamentalmente por los azúcares. Ellos aportan prácticamente la mitad de las calorías presentes en este producto. En el caso del cacao, el mismo aporta algunas cantidades de almidón y de fibra dietética, pero estos componentes prácticamente se diluyen en la elaboración del chocolate.
Las grasas
Entre sus componentes se encuentran las grasas. Estas proporcionan la otra mitad de la energía del chocolate elaborado y estas si provienen del cacao. Las grasas son un componente importante de la nutrición. Estas aportan la energía que necesitamos y esta es una de las características esenciales del chocolate. El consumo de grasas en sí mismo no constituye un problema, en cambio la ingestión excesiva si lo es.
La fibra
En el caso del chocolate, la fibra se encuentra en cantidades apreciables. Y esto resulta válido tanto si se trata de cacao en polvo como si es de tipo insoluble. No obstante, las cantidades de fibra en productos tales como bombones o las tabletas que denotan un contenido de fibra poco significativo.
Los minerales
La presencia de los minerales que se encuentran formando parte de la composición de los chocolates, especialmente los de tipo negro. Sin embargo, en la medida que el cacao se va diluyendo con otros ingredientes, las concentraciones de minerales disminuyen. Solo en el caso de los chocolates combinados con leche, estos se incrementan. Y esto se considera especialmente por el aporte de calcio.
Las proteínas
La cantidad de proteínas presentes en los chocolates no es significativa. Excepto por el chocolate mezclado con leche, cuyos ingredientes aumentan ligeramente su valor proteico. Si bien el cacao posee proteínas, una vez elaborado el chocolate, este apenas puede realizar aportes proteicos a nuestro organismo.
Papel de las vitaminas
En materia de vitaminas, el chocolate aporta sobre todo ácido fólico, el que forma parte del complejo de vitaminas B. Este ácido fólico resulta muy necesario para la formación de proteínas estructurales y hemoglobina.
La energía
Donde los chocolates se llevan las palmas en materia de nutrición es precisamente en el aporte de energía. Ellos son considerados como excelentes tónicos, pues su consumo es capaz de vigorizar y estimular los órganos débiles. De esta forma se restablece su funcionamiento y contribuyen a que se recupere la energía vital.
El chocolate y la nutrición
Desde el punto de vista meramente nutricional, el consumo de chocolate puede tener algunas contraindicaciones lógicas. La primera y más importante es el exceso de calorías que puede significar para nuestro organismo. Sobre todo, si se trata de un consumo excesivo. Cuando ingerimos demasiado productos industriales con presencia de chocolate, es común que se substituya los glúcidos por sacarinas o por ciclamatos. De seguro estos pueden conllevar riesgos para la salud.
El consumo inmoderado de cualquier alimento rico en calorías, especialmente el chocolate, está claro que incrementa el riesgo de obesidad. No hay dudas de que el chocolate resulta muy atractivo por su sabor y si su consumo no se corresponde con un aumento en la actividad física, el resultado no puede ser otro que el sobrepeso.
Se considera que el chocolate crudo es de por si un producto rico en grasas. Grasas que son removidas durante el refinamiento del chocolate, pero que finalmente se le vuelven a añadir. Habitualmente estas van acompañadas de otras grasas, azúcares y leche, que incrementa el contenido calórico del chocolate.
No hay duda alguna del benifcioso efecto que significa el consumo de chocolate
Pero, a pesar de ello, el consumo de chocolate puede resultar positivo para nuestro organismo. En ese sentido, el más beneficioso de los chocolates sería el llamado chocolate negro. En esta forma de presentación resulta el más rico en cacao y su consumo se acerca más a su estado natural.
Hoy en día, para reducir el riesgo de accidentes vasculares o de hipertensión, se aconseja el consumo de hasta 100 g de chocolate negro. Este tipo de recomendación está relacionada con el consumo de cacao. Pues este producto tiene demostrados efectos positivos en nuestra nutrición. Lo contrario ocurre con los chocolates blancos y todos aquellos que aumenta sus niveles de azúcar. De hecho, este ingrediente es el que lleva asociados los peores efectos para nuestra salud.
El chocolate y la salud
No hay la menor duda de que el chocolate es un producto que acostumbramos a consumir por mero placer. Sin embargo, existen efectos beneficiosos sobre la salud asociados a su consumo moderado. En el caso del chocolate negro, el que mayor contenido de cacao presenta, su ingestión beneficia a nuestro sistema circulatorio y otros estudios prueban que sus efectos benéficos van desde efectos anticancerígenos, antitusígenos y antidiarreico.
Si bien existen algunos riesgos de leve intoxicación por plomo en algunos tipos de chocolate. Los seres humanos, afortunadamente, podemos metabolizarlos sin grandes dificultades. Un estudio realizado sobre el chocolate demostró que al derretir chocolate en nuestras bocas se produce un aumento notable en la actividad cerebral, así como en el ritmo cardíaco. De igual modo este estudio dejo en evidencia que la ingestión de chocolate tiene efectos más intensos para nuestro organismo que un beso apasionado.
El consumo de chocolate es uno de los más estudiados por la ciencia médica y los beneficios en ese sentido son bien claros.
Beneficios del chocolate
Las mayorías de los estudios coinciden en la necesidad de privilegiar el consumo de chocolate negro sobre otros tipos.
Se ha podido establecer que el cacao posee una sustancia presente llamada epicatequina. Esta sustancia posee un efecto antioxidante muy notorio, llegando a ser capaz de protegernos contra la oxidación LDL (Lipoproteína de baja densidad). En este sentido, el chocolate engrosa el listado de alimentos portadores de este beneficioso efecto. Realmente este no se registra frecuentemente en otros alimentos. Al menos aún no se conocen muchos alimentos que sean capaces de brindarnos un beneficio tal.
De igual modo se ha podido observar que el consumo de chocolate produce una moderada reducción en la presión sanguínea si se ingieren dosis pequeñas y diariamente.
¿Acaso esto resulta valido para todos los tipos de chocolate?
Sin embargo, el consumo de chocolate de leche o chocolate blanco, parece ser la otra cara de la moneda y prácticamente su consumo no presenta beneficio alguno.
Otro punto al favor del chocolate negro es que un tercio de las grasas presentes en el cacao se encuentran en forma de grasas saturadas llamadas ácido esteárico. Este ácido, a diferencia de otras grasas, no eleva los niveles de colesterol LDL en el torrente sanguíneo. Por lo tanto, consumir altos niveles de chocolate negro no produce un incremento notorio de los niveles séricos de colesterol LDL. Incluso se cree que estos podrían reducirse.
Se conoce que el consumo regular de pequeñas cantidades de chocolate negro baja la posibilidad de un ataque cardíaco. A su vez se plantea que este producto podría ser nootrópico, es decir, que actúa como un potenciador cognitivo. De esta forma contribuye en retrasar o al menos mitigar el declinar que ocurre en nuestra función cerebral durante el envejecimiento.
Así mismo, entre los beneficios asociados al consumo de chocolate esta su efectividad para mejorar la tos persistente, pues una de las sustancias presentes, la teobromina, es un tercio más efectiva que la codeína para los casos de tos. También se debe considerar que sus flavonoides pueden contribuir en detener el desarrollo de la diarrea.
Los principales efectos del chocolate sobre nuestra salud son entonces los siguientes:
- Reduce la presión
- Incrementa la actividad del sistema nervioso central
- Facilita la vasodilatación
- Es capaz de suprimir la tos
- Inhibe la diarrea
El chocolate como estimulante
Enter las propiedades mas relevantes podemos mencionar que el chocolate actua como un poderoso estimulante. Esto está dado por la variedad de sustancias, que posee y que incluyen:
- Azúcar.
- Teobromina, responsable fundamental de su efecto estimulante.
- Triptófano, un aminoácido esencial, precursor de la serotonina.
- Feniletilamina, un alcaloide endógeno
- Cafeína, de la que presenta bajas cantidades.
La Teobromina estimula al sistema nervioso central, provoca broncodilatación y tiene efectos cardiovasculares. Esta sustancia tiene efectos similares a los que provocan las metilxantinas, un grupo de alcaloides estimulantes entre los que se cuenta la cafeína y la teofilina.
Problemas asociados al consumo de chocolate
La mayor preocupación de los médicos respecto al consumo de chocolate es que, aunque no afecta nuestros niveles de colesterol, la presión arterial o la oxidación de nuestro organismo, el chocolate es adictivo. Cuando comemos chocolate nuestro cerebro segrega serotonina, una hormona que resulta ser responsable del placer que sentimos y que provoca que nuestro cuerpo pide más y más cantidades de chocolate. Este tipo de situación resulta ciertamente adictiva y resulta perjudicial para nuestra salud. Otro problema importante es que posee una de las concentraciones más altas de plomo.
Algunos de los fenómenos negativos asociados al consumo de chocolates podrían ser entonces:
- La adicción que puede generar su consumo.
- El riesgo de intoxicación, especialmente por plomo.
- La obesidad.
En la balanza final, sopesando entre el placer de deleitarse con un buen chocolate y tomar las medidas para evitar la adicción y la obesidad, de seguro que vale la pena esforzarse y aunar voluntad para poder seguir disfrutando del elixir de los dioses: el chocolate.