La rabia es una enfermedad causada por un tipo de virus que afecta a todos los mamíferos y se propaga principalmente por la mordida de algunos animales al encontrarse el virus en la saliva, de ahí que se considere que es una antropozoonosis partiendo de la consideración de que es de naturaleza infecciosa.
Esta infección con el virus de la rabia ocurre a través de ruptura o pequeñas heriditas en las mucosas, o mediante inhalaciones en aerosol o trasplantes de córnea. Esta última es una de las pocas oportunidades en que los seres humanos transmiten la rabia
El periodo de incubación puede ser muy corto, en el orden de unos 10 días hasta más de un año, sin guardar relación con el sitio de la mordida del animal contagiado que se convierte en el transmisor.
Se considera que la velocidad de propagación por los nervios del virus de la rabia es de 1 mm/h. Si las mordidas ocurren en la cabeza o el cuello así como las que se localizan en zonas considerablemente inervadas justifica que el periodo de incubación sea menos prolongado.
Manifestaciones que presenta la persona contaminada con el virus de la rabia
Entre los síntomas o manifestaciones clínicas que son más relevantes y que caracterizan la rabia humana encontramos la hidrofobia, es decir que repelen el agua así como aerofobia.
También se encuentra, en ocasiones, pacientes que presentan excitación en el transcurso de la primera fase, que se acompaña de alucinaciones, confusión, dificultad para caminar y convulsiones.
En una segunda etapa aparecen las manifestaciones de parálisis ascendente que caracterizan la denominada fase paralítica que puede llegar a ocasionar un cuadro de paro respiratorio.
También se acompaña, en determinados casos, de hipertensión arterial, hiperventilación, ataques de pánico, priapismo (erección del pene) y palpitaciones con fluctuaciones de la temperatura corporal.
En estos casos la rabia puede terminar en coma y fallo multiorgáno que inexorablemente conduce a la muerte.
¿Se puede tratar la rabia?
Si bien no se reconoce ningún tratamiento específico que se pueda aplicar como terapéutica antiviral que dé resultados efectivos para la rabia no es menos cierto que se pueden hacer uso de medidas de soporte y tratamientos para aliviar o eliminar los síntomas que se encuentran en los pacientes afectados con rabia. Entre estas se encuentran el uso de
- Analgésicos.
- Neurolépticos.
En paralelo se debe actuar para disminuir la presencia del virus de la rabia en la herida lavándola con agua y jabón así como la remoción de los tejidos afectados. Para este propósito se debe aplicar alcohol, tintura de yodo o compuesto de amonio cuaternario al 0,1 %.
Se debe garantizar el estímulo de la respuesta inmune específica mediante el incremento de anticuerpos neutralizantes.
De forma profiláctica se puede tratar a personas contempladas en los llamados grupos de alto riesgo que son aquellos que se encuentran en contacto con animales potencialmente rabiosos o el personal de laboratorios en donde se manipulen muestras potencialmente contaminadas con el virus de la rabia. Esto se puede lograr aplicando vacunas humanas de células diploides.
Otro acercamiento al tema de la prevención es el uso de tratamientos profilácticos postexposición al virus de la rabia, fundamentalmente ejecutando de forma inmediata un esquema de inmunización pasiva, es decir, usando inmunoglobulinas de la rabia humana o el uso de las propias vacunas humanas obtenidas mediante cultivos de células diploides.
Este tratamiento profiláctico no resulta necesario si la mordida fue ocasionada por animales domésticos que permanecen sanos aun después de 10 días de observación o si las pruebas que se realizan con el material cerebral brinda resultados negativos.
De cualquier manera frente a una herida donde potencialmente pueda existir el virus de la rabia resulta aconsejable el uso de antibióticos en la zona que circunda a la herida de la mordida.