No es la letra de una canción ni nada por el estilo, es simplemente ciencia constituida: el agua constituye entre el 60 al 75 % del peso corporal.
Y es uno de los mejores ejemplos del dinamismo del fisiologismo humano. La activa participación del agua en el metabolismo hace válido el axioma filosófico del continuo devenir, de los continuos cambios.
Y es que de forma permanente y continua estamos perdiendo agua fundamentalmente mediante la orina y el sudor. Y esto contribuye de forma importante a definir la cantidad de agua a tomar en el día.
¿Cuánta agua deberíamos tomar al día?
Definir la cantidad de agua a ingerir en un día se ha convertido en tema controversial y de contrastes de opiniones. Pero en lo que si todos coincidimos es que esto responde a las necesidades individuales de cada persona y de múltiples factores que definen nuestras necesidades de agua.
La cantidad de agua adecuada que se recomienda en los tratados de fisiología humana oscilan alrededor de los 2 litros por día y ahí sobreviene la regla del “8X8”, es decir, 8 vasos de 240 ML que equivalen a unas 8 onzas.
En muchas ocasiones encontraras que lo recomendado es tomar pequeñas cantidades de agua durante todo el día, incluso aun no teniendo sed para evitar la deshidratación.
En este escenario tengamos un acercamiento a como nos afecta la falta de agua para el adecuado funcionamiento del organismo humano.
Los beneficios de beber agua quedan recogidos de forma magistral en un artículo publicado en la revista “The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism” en el que se señala que el tener una adecuada hidratación corporal puede incrementar el metabolismo hasta un 30% después de tomar 0,5 litro de agua.
También se describen otros muchos aspectos considerados ganancia secundaria como consecuencia de la ingestión de agua. Entre estos beneficiosos efectos encontramos:
- Incremento de la energía
- Contribuye a perder peso al sustituir la ingestión de grasas, ni carbohidratos o azúcares que son ricos en calorías
- Quita o reduce la sensación de hambre
- Mejora tu digestión
- Evita el estreñimiento, que en muchas ocasiones es consecuencia de la deshidratación, de ahí que tomar agua en abundancia junto con una dieta rica en fibra puede curar el estreñimiento
- Salud para tu corazón
- Reforzamiento de la respuesta inmunológica
- Mejora y optimiza la función cerebral
- Mejora tu forma física, evitando la deshidratación que puede contribuir a reducir tu capacidad para hacer ejercicios físicos. Tomar agua, antes, durante y después de la actividad física optimizará tu actividad deportiva
- Reduce el riesgo de cáncer
- Piel más saludable al ayudar a que se mantenga la elasticidad de la misma y su tonicidad.
- Prevención de los dolores de cabeza
- Contribuye a evitar los dolores de espalda
- Participa en eliminar toxinas y los productos de deshecho del metabolismo
- Actúa como un lubricante para las articulaciones
Pero, ¿Cómo podemos explicar estos efectos beneficiosos?
Siguiendo los criterios del Instituto Europeo de Hidratación que considera que el agua es el medio idóneo para que numerosas reacciones bioquímicas capitales del metabolismo humano, lo que hace que transcurran en un medio acuoso, o generan o consumen agua en el desarrollo de estas transformaciones esenciales para la vida.
Si no tomas suficiente agua, te encontraras deshidratado y esta conduce a perder energía y sobreviene la sensación de cansancio. Y es más, el solo sentirte sediento ya es sinónimo de que te encuentres deshidratado y esto representa que te encontrarás débil, agotado y mareado.
De ahí que si realizas actividad física en exteriores con cuantiosa pérdida de agua a través de la sudoración o estas en el verano que al parecer se presenta intenso, no olvides ir tomando pequeña cantidades de agua para evitar la peligrosa deshidratación.