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Actitud positiva y salud integral van de la mano: descubre cómo

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Actitud positiva y salud integral van de la mano: descubre cómo
Actitud positiva y salud integral son dos términos que marchan a la par: no se concibe una persona saludable que a su vez no tenga una actitud mental positiva ante la vida

Para mejorar nuestra salud no basta con tomar una píldora cuando sentimos algún dolor, sino que requiere que logremos una actitud positiva y salud integral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva más de setenta años insistiendo en qué: «Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».  

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Por ello, el enfoque más adecuado ante problemas como el estrés, la depresión o la inestabilidad económica, es mantener una actitud positiva. Esta debe estar acompañada por la eliminación de hábitos dañinos tanto desde el punto de vista psicológico como físico.

La actitud positiva influye en tu salud integral y van de la mano debes establecer una estrategia para cultivar estos dos hábitos saludables

La actitud positiva y la salud integral…sus antecedentes

Ya desde la Antigua Grecia, sabios como Galeno de Pérgamo y Platón, hacían notar las relaciones directas entre las actitudes y personalidades de los hombres con su salud. Así, por ejemplo Galeno, que fue un eminente doctor de su época, señalaba la estrecha relación que existía entre el cáncer de mama y la melancolía. Este alentaba a que sus pacientes mantuvieran personalidades más animadas.

Mientras, Platón reconocía la relación entre el buen estado físico y la salud mental y viceversa. Señalaba que aquellas personas que disfrutaban de un buen estado de ánimo estaban predispuestas a una menor cantidad de enfermedades y tener un cuerpo más sano.

Dicha noción de “mente sana en cuerpo sano” ha llegado a nuestros días y funciona en las dos vías. Por ello, es aceptada por la medicina actual en busca de un enfoque de salud integral.

Sí bien es cierto que una actitud positiva no cura las enfermedades de carácter físico, sí tiene una gran importancia en la prevención de enfermedades psicológicas y sociales. El estrés, la depresión y los trastornos de personalidad se han vuelto muy comunes hoy en día. Sin embargo, estos pueden ser controlados con una mejor actitud.

La actitud positiva te ayudará a proyectar el futuro de una forma más optimista y enfrentarte a los retos de la vida con más certeza de triunfar

Resiliencia, la capacidad de sacar lo mejor de lo peor

Para desarrollar una actitud positiva y que nos permita enfrentar los problemas del día a día no basta con tener pensamientos positivos. Para tener una actitud positiva que resista problemas y crisis emocionales es necesario desarrollar una actitud que nos permita superarlas con facilidad.

Esta capacidad se llama resiliencia y se ha llegado a considerar una de las bases del éxito en la sociedad moderna.

La resiliencia va a un paso más allá en la actitud positiva y nos da la capacidad de adaptarnos de una mejor manera a situaciones adversas. Para desarrollar esta actitud es necesario que seamos capaces de comprender nuestra situación, buscar formas de superarla y sacar lo mejor de ella. La resiliencia es una actitud que toma tiempo, pero disminuirá el impacto del estrés y la depresión en nuestra salud mental.

Malos hábitos que dañan nuestra salud física

La sociedad moderna ha traído consigo un mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Sin embargo, también ha producido el desarrollo de malos hábitos que dañan nuestra salud y pueden causar problemas serios si no se atienden a tiempo.

Los hábitos más perjudiciales para nuestra salud son:

  • El sedentarismo y la obesidad: estos consisten en la carencia de ejercicio físico y el incremento de peso más allá de nuestro índice de masa corporal. Se han vuelto muy comunes debido a las facilidades de la vida moderna, las compras desde internet, el fácil acceso a la comida, los malos hábitos alimentarios y la gran cantidad de horas que pasamos sentados.
  • Las posturas corporales incorrectas. Este mal hábito está directamente relacionado con el sedentarismo. El estar sentados durante mucho tiempo favorece las posturas inadecuadas. Estas pueden provocar enfermedades como la escoliosis asimétrica, dolores lumbares y cervicales.
  • El tabaco. Aunque se considerada una droga legal, su consumo durante largos períodos de tiempo puede ser muy perjudicial para la salud. Este puede provocar cáncer de pulmón, dificultar la curación de las infecciones respiratorias, crear una dependencia a la nicotina y una menor resistencia física.
  • El alcohol: otra droga social aceptada, pero que impacta de forma muy negativa en nuestro organismo. Considerada portadora de calorías vacías, no contribuye a nuestra alimentación y sí al deterioro de nuestro organismo, tanto desde el punto de vista físico como psicológico y social.
Liberar el estrés es básico para mantener una actitud positiva y conservar la salud y que no padezcas de las severas consecuencias de un estrés crónica

Tres pilares de la salud integral: actitud positiva, alimentación saludable y actividad física

El ejercicio físico en combinación con la actitud positiva son las claves para una salud integral. Se ha comprobado que la realización de ejercicio físico de manera regular contribuye al mejoramiento de la salud de las personas de todas las edades. Sus beneficios más notables son:

  • Aumenta la vitalidad, por lo que proporciona más energía y capacidad de trabajo y resistencia.
  • Ayuda a combatir el estrés, la ansiedad y la depresión, esto se debe a que incrementa la autoestima y mejora la autoimagen que tienen las personas de sí mismas.
  • Contribuye a la prevención de varias enfermedades como los problemas cardíacos, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus tipo 2, el sobrepeso y los dolores de espalda. Así como otras molestias musculares derivadas del sedentarismo.

La cantidad de tiempo mínima necesaria para lograr estos beneficios son solo treinta minutos al día de actividad física moderada. Estos pueden combinarse con la realización de deportes y de esta manera hacer estas sesiones de ejercicios más satisfactorias y animadas.

La buena alimentación es parte de los estilos de vida que influyen en la salud integral y a tener una actitud más optimista ante la vida

Dieta saludable… siempre necesaria

Unido al ejercicio físico y el mantener una actitud positiva, podemos acercarnos a una salud integral manteniendo una dieta saludable. Esta te ayudará a controlar el sobrepeso y debería incluir alimentos sanos como vegetales, frutas, cereales y productos que contengan el omega tres. Una dieta saludable ayudará a que tu cuerpo se mantenga sano al obtener los nutrientes y las vitaminas necesarias.

Evitar o reducir el impacto del estrés…

De igual manera, para mantener una actitud positiva, escapar del estrés y la depresión deberías evitar las personas tóxicas. Así como la actitud positiva y la alegría se pueden contagiar, lo pueden hacer los sentimientos tóxicos. Por eso, lo recomendable es mantenerte alejado de estas personas reduciendo de la presión mental en tu vida.

Actitud positiva y salud integral son dos términos que marchan a la par: no se concibe una persona saludable que a su vez no tenga una actitud mental positiva ante la vida

Una recomendación final…

Sabiendo esto, la próxima vez que te sientas enfermo, piensa que tu salud podría mejorar mucho con solo un poco de esfuerzo. Desarrolla una actitud positiva y busca lograr una salud integral y verás cómo tu calidad de vida se incrementará. La mente y el cuerpo tienen una relación indisoluble.

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