La ovulación y con la misma la posibilidad de creación de nueva vida es uno de los pilares para el mantenimiento de la especie, para la creación de la familia y el desarrollo de la sociedad.
Cada mes se producen en la mujer complejos y diversos mecanismos fisiológicos y bioquímicos que de conjunto actúan para que se produzca la ovulación.
Lo anterior conduce a cambios hormonales y morfológicos en los ovarios, en el útero, en la dinámica hormonal, en la temperatura basal y se pueden reflejar hasta en el estado anímico de la mujer.
Ciclo menstrual normal
Es aceptado que el ciclo menstrual normal, tiene tres fases: una fase folicular, otra donde se produce la ovulación y por último la fase lútea. Normalmente dura entre 18 a 35 días, y en promedio se estima en 28 días. Se calcula desde el primer día de la menstruación hasta el día anterior al siguiente sangramiento.
Una mujer en plena capacidad reproductiva tiene fisiológicamente la posibilidad de ciclar todos los meses y en cada mes normalmente se debe producir la ovulación. Esto no siempre sucede porque se pueden presentar ciclos llamados anovulatorios, donde no hay liberación del óvulo del folículo ovárico.
Cambios en el ovario…
Cuando una niña nace sus ovarios tienen 2 millones de ovocitos y cuando se presenta su primera menstruación solo tiene entre 300 000 y 500 000, pero de estos solamente tendrán la capacidad de convertirse en óvulos durante toda su vida fértil entre 400 y 500.
Los folículos ováricos son las estructuras que más cambios experimentan en cada ciclo menstrual, comienza con el folículo primordial y va creciendo y pasando por varias etapas en su desarrollo hasta que se produce la ruptura del folículo y la salida del óvulo hacia el exterior.
Toda esta fase es conocida como folicular y se producen estrógenos y y es liberada por la hipófisis la Hormona Folículo Estimulante que determina el desarrollo y maduración de los folículos.
En el momento de la ovulación se produce un pico de una hormona también producida por la hipófisis llamada Luteinizante y es la que determina la salida del óvulo del folículo.
La fase folicular comienza con el inicio del sangramiento y termina 1 o 2 días antes de la elevación de la hormona Luteinizante, alrededor de la mitad del ciclo.
El folículo que quedó se convierte en un cuerpo lúteo, es por eso llamada fase lútea y dura alrededor de 12 a 16 días. La misma se mantiene si se produce una gestación y desaparece si no se produce porque el folículo involuciona y se atresia.
Cambios hormonales y ovulación
Además de los cambios en la morfología del ovario y en sus estructuras, los mismos cumplen una importante función asociada a la dinámica hormonal, los folículos ováricos producen estrógenos, el cuerpo lúteo por su parte produce progesterona y el estroma ovárico y las células hiliares son las productoras de andrógenos.
Todos estos cambios cíclicos en la mujer conducen a que se produzca la ovulación y para ello se requiere de una perfecta interacción entre la hipófisis, los ovarios y el útero, deben de funcionar como un reloj biológico muy preciso y exacto. Esta es una de las grandes maravillas de la biología reproductiva.
Cambios en el útero
Después que se produce la ovulación, el endometrio o sea la parte más interna del útero comienza a prepararse para recibir al óvulo fecundado por el espermatozoide, para alimentarlo y permitir que se implante, desarrollarlo, hasta convertirlo en un nuevo ser.
Cuando el ovulo no es fertilizado se produce la siguiente menstruación, con una duración entre 3 y 7 días y es por eso que la descriptiva medicina francesa denominaban a la menstruación o período, como el llanto de un óvulo no fecundado.
Recuerda…
El periodo más fértil del ciclo menstrual, es entre los 4 días antes y dos después de la ovulación. Si deseas el embarazo aprovéchalo, pero no te obsesiones y si no estás aun preparada toma todas las precauciones porque la ovulación es la base para una nueva vida.