Después del descubrimiento de los antibióticos, y en particular de la penicilina, tal parecía que la sífilis era un capítulo de la historia antigua de la medicina.
Lamentablemente hoy no podemos contemplar esto como una verdad, y lejos de eso debemos tomarlo como un alerta: la sífilis existe, al igual que otras ETS que ya hemos visto como la gonorrea o la candidiasis.
¿Y porque aseveramos que la sífilis es hoy en día un serio problema de salud?
Y es que el agente causal de la sifilis, el Treponema pallidum, identificado en 1905 por Fritz Schaudinn y el dermatólogo Erich Hoffmann, sigue utilizando al ser humano como el hospedero definitivo al punto que se reconoce un axioma: civilización y sifilización caminan juntas. La respuesta del ser humano es la formación de anticuerpos que no desarrollan inmunidad.
Así las cosas no podemos confiarnos que con los antibióticos lo resolveremos todo, cual varita mágica. Recordemos que nos encontramos en la época de la resistencia bacteriana que da lugar a las temidas superbacterias. Y la sífilis no es una excepción a estas circunstancias.
Actualmente los médicos hallan manifestaciones más sutiles de la sífilis, que se expresa con un aumento de los casos de sífilis primaria así como secundaria, acompañado de un aumento de casos de sífilis congénita, según reporta el Centro para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos de Norteamérica (Centers for Disease Control, CDC). En los países latrinoaméricanos las tasas de incidencia de la sífilis primaria y secundaria, la detectada serológicamente y la congénita, son de 2 a 5 veces más elevadas que en los países industrializados,
Por otro lado se detecta cambios en las manifestaciones clínicas de la enfermedad encontrando incrementos en el número de personas enfermas que presentan chancros extragenitales, y esto se relaciona con cambios en los hábitos sexuales pues se reconoce que por lo general aparece en jóvenes sexualmente activos.
Consideraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que cada año se infectan alrededor de 250 millones de nuevos casos de infecciones de transmisión sexual en el mundo, y de estos corresponden 3,5 millones a sífilis.
¿Qué síntomas encontramos en las personas infectadas con sífilis?
Desde el punto de vista clínico se caracteriza por una lesión primaria que acompaña una erupción secundaria en la piel. Existe toma del sistema nervioso central y el cardiovascular, así como afectación de los huesos.
En las mujeres aparecen frecuentemente manifestaciones de la enfermedad pélvica inflamatoria con dolor crónico, infertilidad, frecuentes embarazos ectópicos que se acompaña de alta mortalidad materna.
También es posible apreciar que las complicaciones maternas relacionadas con la sífilis no tratada adecuadamente representa la causa fundamental de enfermedad y mortalidad maternoinfantil.
¿Qué tratamiento resulta aconsejable para combatir la sífilis?
La sífilis se trata habitualmente con antibióticos, y en particular la penicilina G parenteral es el de elección. Se reporta que resulta 100 % efectiva para la cura y prevención de la sífilis congénita si se logra su detección temprana, es decir, hablamos de las primeras etapas del embarazo.
La segunda linea de tratamiento es la eritromicina el antibiótico a elegir, como alternativa para los pacientes que evidencian manifestaciones de alergia a la penicilina.
No obstante el CDC estadounidense no recomienda la eritromicina para el tratamiento de la sífilis prenatal y en su lugar aconsejan utilizar la ceftriaxona con resultados altamente eficaces, sobre todo en el tratamiento de la llamada sífilis reciente.
De cualquier manera la conducta a seguir frente a la sospecha de padecer de sífilis como parte de las enfermedades de transmisión sexual es acudir al médico para su diagnóstico temprano y tratamiento oportuno. ¡No deje correr el tiempo: ¡la sífilis existe!
