¿Qué es el mango?
Hoy hablaremos de una fruta extraordinaria, cuyo sabor y textura nos conquistan. El mango forma parte de esa lista de productos tropicales que cada vez más, empiezan a formar parte de nuestra alimentación diaria. Hemos dejado de considerarlo un producto exótico para empezar a valorarlo como una fruta llena de vitaminas, con altos beneficios para nuestra salud, pudiendo tomarlo solo o hacer con él un exquisito batido de mango.
Su nombre científico es mangifera indica y pertenece a la familia de las anacardiáceas. Por su apariencia, sabor y cualidades, muchos lo llaman el melocotón de los trópicos. Su pulpa, carnosa, pegajosa y muy fibrosa es característica por su delicado sabor dulce.
Un poco de historia
Hace más de 4.000 años que se cultiva el mango. Se trata de una fruta que proviene de la zona indobirmana. En la India aún existen extensiones silvestres en las que se puede encontrar este sabroso alimento creciendo de manera natural. Su expansión por el mundo se realizó por cuestiones climáticas, siendo las zonas tropicales las adecuadas para su cultivo.
Se cree que el mango llegó hasta Canarias y Madeira en el siglo XVIII, procedente de África, continente por el que había empezado a expandirse de sur a norte. Los portugueses la habrían introducido después en América, entrando desde Brasil. Los españoles también habrían tenido algo que ver en esa expansión, gracias a que llevaron árboles frutales de Filipinas a México. Se dice que fue en 1910, con la aparición en Florida de la variedad Haden, cuando se marcó el comienzo de su moderno cultivo.
Sus ricas propiedades
El mango es muy apreciado, en primer y principal lugar por su cualidades antioxidantes. Se debe a que es rico en vitamina C y también vitamina A. Y, sobre todo, a que posee ácidos málico, palmítico y p-cumárico que ayudan a cuidar de nuestras defensas y prevenir muchas enfermedades.
Así, resulta ideal por la cantidad de flavonoides que contiene, como la quercetina y el camferol. Estos elementos le ayudan a ser una alimento que dificulta el desarrollo de enfermedades cancerígenas. Pero además, colabora para que mantengamos el colesterol a raya, cuida de nuestra hipertensión y mejora nuestras alergias. La salud de nuestra vista y de la piel también mejorarán si tomamos mango.
Nuestro aparato digestivo se beneficia de los efectos de esta fruta. Al ser rico en fibra, posee altas propiedades laxantes que evitan el estreñimiento. Sus elevadas dosis de alfa-felandreno, contribuyen a mejorar las deposiciones. En realidad, para problemas como los vómitos, los gases y la mala digestión, la ingesta de mango es muy recomendada. Es un alimento que contiene las enzimas necesarias para hacer una digestión sin sobresaltos.
No sólo la fruta posee extraordinarias propiedades, sino que las flores y las hojas también suponen unos aliados fabulosos que deberíamos conocer un poco mejor. Una infusión de flores de mango ayuda a nuestro aparato respiratorio. Para personas que tiene bronquitis, es ideal esta bebida pues el ácido gálico de las flores ayudará a nuestros bronquios. De igual forma, ya que contienen gran cantidad de ácido ascórbico, podemos tomar esta infusión para disolver la mucosidad acumulada en nuestro pecho cuando nos sentimos resfriados.
Por su parte, las hojas de mango son beneficiosas para nuestro aparato circulatorio. Una decocción de estas hojas ayuda a rebajar la hipertensión y también fortalece los capilares de nuestras venas. Si existen problemas con la coagulación, esta bebida puede ser de gran ayuda.
Variedades del mango
Un fruto extendido por todo el mundo, ha de tener sí o sí, muchas variedades. Éstas son algunas de las más importantes:
- Mango indio: con un sabor a trementina muy marcado.
- Mango indochino: muy dulce, casi no tiene fibra.
- Mango haden: natural de Florida, de gran resistencia, soporta muy bien el transporte desde su lugar de cultivo a otras zonas.
- Mango mulgoba: su pulpa no tiene fibras y resulta un poco picante.
- Mango amini: de tamaño pequeño, su carne es de gran calidad.
Tabla nutricional del mango
Valores medios | Por 100 g |
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Calorías | 60 kcal |
Lípidos | 0,4 g |
Sodio | 1 mg |
Potasio | 168 mg |
Glúcidos | 15 g |
Fibra alimentaria | 1,6 g |
Azúcar | 14 g |
Proteínas | 0,8 g |
Vitamina A | 1.082 IU |
Vitamina C | 36,4 mg |
Calcio | 11 mg |
Hierro | 0,2 mg |
Magnesio | 10 mg |
Vitamina B6 | 0,1 mg |