Si has tenido vacaciones en verano, seguro que te lo has pasado más que bien. El verano es la época preferida por muchos de nosotros, sobre todo entre quienes tienen la suerte de disfrutar de unas semanas libres. Sol, playa, piscina, tapas, barbacoas, alcohol, trasnochar, mañanas sin despertador, vida social más activa, festivales, chiringuitos… Todo ello suena a gloria y realmente lo es. Nos lo pasamos muy bien, olvidamos los problemas de la rutina y del invierno y sentimos, por fin, que merece la pena el esfuerzo del resto del año a cambio de poner disfrutar de estas semanas. Sin embargo, a veces, solo a veces, es inevitable que pensemos en todos los excesos del verano y nos preocupemos por cómo vamos a afrontarlos a la vuelta.
Lo primero que queremos es quitarte toda preocupación. Si aún estás de vacaciones no pienses en ello y sigue disfrutando, ya te ocuparás a la vuelta. Sí, por el contrario, ya has regresado a casa, entonces ha llegado el momento de enfrentarte a todos los excesos del verano y superarlos.
¡Tú puedes! Te dejamos a continuación una serie de consejos útiles para los diferentes asuntos que se han podido ver afectados durante tus vacaciones.
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Cómo ponerle remedio a los excesos del verano
Si has engordado:
Esto suele ser una tónica universal. ¿Quién no engorda en verano? Nos descuidamos bastante en este sentido porque estamos más enfocados a disfrutar que a seguir una dieta. Además, la Operación Bikini ya ha pasado, ¡ya estás en bikini! Por lo que luchar por perder un par de kilos ya no tiene ningún sentido… Hasta que regresas.
Es posible que la báscula te diga que has cogido más de la cuenta o bien que te dé una palmadita si solo has sumado un par de kilos. Tanto si es mucho como si es poco, lo importante es que pongas remedio desde el minuto 1.
Date, si quieres, un día de margen desde la vuelta de vacaciones para planear cómo lo vas a hacer, pero no dejes pasar más tiempo. Necesitas terapia de choque.
Vuelve a comer sano: cosas a la plancha, verduras, menos cantidad. Y deja los «vicios» que te engordan: el alcohol, las barbacoas, la comida nada sana como las bolsas de patatas fritas…
Si tu pelo está castigado:
Otro de los elementos de nuestro cuerpo que más sufre en verano es el cabello. El sol, las piscinas, la playa, etc., lo castigan muchísimo, haciendo que esté mucho más seco y sin brillo.
La solución pasa, en un primer momento, por ir a tu peluquería para una recuperación express. Allí volverán a ponértelo al día, tanto si lo que necesitas es cuidar las mechas, como volver a echarte el tinte o un corte.
Después de las vacaciones de verano suele ser el mejor momento para darte un buen corte si lo tenías en mente.
En casa también puedes ayudar a tu cabello. Cómprate productos buenos tipo mascarillas y acondicionadores y aplícalos todo lo que sea necesario hasta que veas que tu cabello recupera la luz. Hidrata mucho el pelo, es el aspecto que más sufre durante el verano. Y olvida por unas semanas las planchas o aquello que pueda castigarlo aún más. Con un poco de cuidados y mimos, tanto por parte de los profesionales como por ti mismo en casa, conseguirás que tu cabello vuelva a lucir sano y fuerte como antes de irte de vacaciones.
Si tu piel echa humo:
Otro asunto al que nos podemos enfrentar es a que nuestra piel ha sufrido. Lo de echar humo, obviamente, no es literal, pero si nos hemos quemado con el sol no le habremos hecho ningún favor. En este caso, lo que debes hacer es, al igual que con el cabello, hidratar la piel.
Utiliza cremas corporales hidratantes que la ayuden a recuperar su estado natural, que le aporten hidratación y que la hagan olvidar los efectos del sol sobre ella. Estamos más guapos morenos, es cierto, pero la piel sufre mucho más de lo que pensamos.
Por otro lado, si a causa del sol nos han salido manchas o similares, también es el momento de intentar eliminarlas con alguna crema específica. A veces es muy difícil, pero trata de cuidarla y ponerle remedio. Cuando antes mejor.
Si todavía estás recién quemado, el after sun será tu mejor aliado. Si, por el contrario, ya ha pasado tiempo desde tus primeros días de playa al sol, lo que necesitarás es, como te hemos dicho, una buena crema hidratante que deberías usar el resto del año para mantener tu piel sana, joven, bonita y bien cuidada.
Si tu casa es un caos:
Otra cosa que suele ocurrir al regresar de las vacaciones es que la casa es un caos. Esto no es uno de los excesos del verano como tal, ya que la mayoría de nosotros pasamos las vacaciones fuera y solemos intentar dejar la casa arreglada antes de irnos. Puede ocurrir que no te diera tiempo a ello antes de salir de vacaciones o puede que sí, que la dejaras perfecta y ahora, sin embargo, después de unas pocas horas en ella, parece que se ha librado una batalla en tu hogar.
Esto es normal. Llegamos cansados y tendemos a dejarlo todo por medio. Además, el lío de maletas, ropa por lavar, por planchar, por colocar, no tenemos nada en la nevera y la casa, aunque haya estado cerrada, obviamente necesita una limpieza a nivel de polvo en las superficies, suelos, etc.
En este caso la única solución es que afrontes el problema cuando antes y no lo demores más. Nuestro consejo es que dediques un día entero a poner tu casa en orden. Sabemos que no te apetece, pero creenos, cuanto más tiempo pase, peor. Además, si permites que se te junte el tema de la limpieza de casa con la vuelta al trabajo, la depresión post-vacacional va a ser peor aún.
Por ello, reúne a todos los miembros de tu hogar y fija para mañana mismo un día de limpieza, aunque no os apetezca. Comienza desde temprano y pon todo al día: lavadoras, compra, polvo, suelos, planchar, colocar ropa, cambiar sábanas… Verás como en un solo día habrás terminado y que ver tu hogar limpio y ordenado te ayudará a enfrentar a la rutina con mejor humor.
Si has metido la pata con alguien:
Otro de los clásicos excesos del verano. Puede ocurrir en dos sentidos: por un lado, que al pasar demasiado tiempo con alguien hayáis chocado de mas; por otro, que te hayas olvidado totalmente de quien se quedaba en la ciudad mientras tú no parabas de subir Stories a Instagram de tus maravillosas vacaciones. Es posible que hayas discutido con un amigo o que hayas hecho algo de lo que no querrías que tu pareja se enterara. Sea como sea, valora la situación y si realmente quieres arreglarlo con la persona que ahora está enfadada, enfréntate al problema de la manera que nos ha sido concedido a los humanos: el diálogo.
Habla con la otra persona, pide perdón si es necesario y trata de recuperar la situación después de las vacaciones.
Y tú, ¿en cuántos excesos del verano has caído?
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