¿Qué es un eccema de piel?
Tal vez conozcáis esta enfermedad como dermatitis atópica, que es el nombre que se le da en el universo médico. Los eccemas son un problema de la piel en el que la misma presenta rojeces, escamas, inflamación y un intenso y molesto picor que lo define como enfermedad pruriginosa.
Las causas por las que podemos padecer de eccema son varias y pueden estar relacionadas con otras enfermedades que suframos, como alergias o asma. Puede deberse también a falta de proteínas en nuestra piel. De igual forma, hemos de señalar que cada vez son más frecuentes los casos de dermatitis por problemas emocionales, como el estrés, la ansiedad, la angustia… Cuando su causa es de este tipo, se habla de enfermedad psicosomática, pues nuestro cuerpo tiende a «aliviarse» de la presión mental haciendo que la piel sea la que sufra las consecuencias de problemas que no se deben a cuestiones físicas.
Hay muchos factores que pueden empeorar un eccema, por lo que conviene evitarlos. Los más importantes son aquellos que producen alergia, como el polen, el moho o los ácaros; el contacto con materiales químicos (incluso hay geles de ducha demasiado abrasivos que las personas con este problema no deben de usar); o los cambios bruscos de temperatura.
Síntomas comunes de los eccemas
Todos, en algún momento de nuestra vida, podemos sufrir de irritación en la epidermis, saber distinguir entre una molestia pasajera o un problema médico como los eccemas es fundamental para poder tratarlo de la manera correcta y necesaria.
Uno de los síntomas más claros es la aparición de zonas secas o con protuberancias, en casos más extremos, esto puede derivar en ampollas que supuran. También hemos de estar atentos a los cambios de color de la piel, pues pueden indicar un problema. Cuando sufrimos dermatitis, la epidermis, en general, se muestra enrojecida, con escamas o «caspa». En algunos casos incluso podemos ver un proceso de liquenización, en el que se presenta con una apariencia dura y reseca. Por supuesto, si nos rascamos, el eccema empeorará e incluso la zona afectada puede sangrar.
De manera común, la dermatitis afecta principalmente a la cara interna de los codos y las rodillas, el rostro o el cuero cabelludo. También hemos de destacar que es un problema que suelen sufrir muchos niños, que aún tienen una piel muy sensible y que muchos de estos bebés que lo padecen cuando apenas tienes dos o tres meses de vida, lo superan sin problemas a medida que se acercan a la edad adulta.
¿Qué remedios tenemos contra los eccemas?
A continuación, os detallaremos algunos remedios caseros y naturales que podemos emplear contra los eccemas de la piel. Eso sí, en ningún caso, estos consejos pueden sustituir a los fármacos prescritos por un médico, al que siempre hay que acudir cuando el problema supone un riesgo para la salud.
Tanto la levadura de cerveza como el germen de trigo son excelentes instrumentos para los problemas de la piel. Muchas veces, los eccemas son causados por un déficit de vitamina B. El hecho de que estos nutrientes la contengan en una elevada proporción, es pues, una solución sencilla y muy útil.
De igual manera, un cereal como la avena nos puede ayudar. Al igual que los remedios comentados anteriormente, es una fuente natural de vitaminas del grupo B, por lo que resulta ideal tomarla en forma de copos. Pero no sólo ingerida, también los geles y jabones naturales fabricados con avena, son ideales para tratar la dermatitis. Además, la avena contiene inositol, una sustancia que alivia el picor.
Una cocción de manzanilla, conocida por sus propiedades antiinflamatorias, también puede servirnos para aliviar los síntomas que producen los eccemas. Sólo hemos de aplicarla sobre la piel, tres veces al día, y notaremos la mejoría.
Y si somos fans de los batidos, nada más sencillo para combatir los problemas cutáneos. Podemos preparar un sabroso smoothie a base de apio, aguacate, manzana, y añadirle un poquito de menta y nuestra piel se sentirá profundamente aliviada.