Seguro que la has tomado sin saberlo siquiera. Y es que la miel de maíz muy está presente en la producción de dulces, bollería e incluso en bebidas. El uso de este producto está cada vez más extendido y es cada vez más conocido por su múltiples usos en pastelería y la ayuda que ofrece para cocinar postres.
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¿Qué es la miel de maíz?
La miel de maíz es un edulcorante líquido que se obtiene a partir del almidón de maíz. No es un tipo de miel, propiamente dicho. Del almidón o fécula de maíz se obtiene una especie de jarabe espeso, parecido en textura a la miel de abeja. De ahí obtiene su nombre.
Para poder obtener este tipo de edulcorante, el almidón de maíz se expone a una temperatura muy alta. Después se somete a una reacción química con agua, se hidroliza, y se obtiene una reacción llamada dextrina. Tras eso se convierte al final en miel de maíz, con una concentración de fructosa del 55%.
Dado su alto nivel de fructosa, su capacidad para endulzar es muy alta. Por eso se ha convertido en una de las opciones más utilizado en la fabricación de repostería, sobre todo en Estados Unidos y Canadá. Pero no solo lo usan en repostería, también se añade a zumos, refrescos, panadería, salsas, yogures…
¿Es peligrosa la miel de maíz?
Para las fábricas de alimentos la miel de maíz es el edulcurante más utilizado por su alto contenido en fructosa y por su bajo precio. Desde refrescos, hasta galletas, pasando incluso por el pan. Se puede utilizar para dar brillo a los dulces, conseguir que el glaseado tenga mejor consistencia, para hacer fondant… Sus usos son muchísimos.
Pero no se trata de un edulcorante natural, para obtener la miel de maíz hay que someter el almidón a un proceso químico. Es quizás uno de los edulcorantes artificiales más baratos, de ahí viene el que lo usen tanto en las producciones en cadena que solo buscan maximizar los beneficios, muchas veces pensando poco en las consecuencias para los usuarios.
Hay quien relaciona la miel de maíz con la obesidad y múltiples problemas de salud, como la diabetes tipo 2 y el infarto prematuro. En las zonas donde más se consume estos problemas están mucho más extendidos. Y es que su contenido calórico es muy elebado, haciendo que la miel de maíz pueda ser muy perjudicar para la salud. Consumir miel de maíz aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión, fallo hepático, desgaste de los dientes, obesidad.
Y si, como hemos comentado, se utiliza para bollería industrial y refrescos, lo que estamos consumiendo tiene en general muy poca calidad alimenticia. Además de miel de maíz contienen muchos conservantes y químicos que no son buenos para el cuerpo.
Claro que si solo lo empleas de vez en cuando para tu repostería casera, no supone un problema. Pero si lo consumes de forma habitual sí que puede suponer un gran problema para tu organismo y tu salud. Y lo peor de todo es que lo puedes estar tomando sin ni siquiera saberlo.
¿Cómo procesa tu cuerpo la miel de maíz?
La miel de maíz es muy diferente al azúcar, por eso tu cuerpo también los procesa de forma diferente. El azúcar blanco normal, que hay en cualquier casa, está compuesto por la unión de fructosa y glucosa. Cuando nuestro cuerpo los digiere tiene que separarlos para poder absorberlos.
Por el contrario, la miel de maíz tiene más porcentaje de fructosa que de glucosa. Además, esas moléculas no tienen enlaces, por lo que nuestro cuerpo no necesita separarlos y se absorben de una forma mucho más fácil. De este modo llega mucho más rápido a la sangre sin apenas trabajo para el cuerpo, así sus efectos negativos se multiplican. Por si fuera poco, al absorberse tan rápido no provoca sensación de saciedad, por lo que comemos más cantidad para poder saciar nuestro apetito.
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