Verano no siempre es sinónimo de vacaciones. Atrás quedó esa utópica etapa en la que a mitad de Junio nos despedíamos de los madrugones, la rutina y las clases hasta mediados de Septiembre. 3 meses en los que disfrutar del verano era nuestra única preocupación y las vacaciones parecían que no iban a acabarse nunca. Éramos niños, pero crecimos y nos dimos cuenta que la vida no era eso.
Ahora, con suerte, tomaremos 2 semanas en Agosto si somos los privilegiados de la oficina, o quizás eres de esos bichos raros (cada vez menos raros) que toman tan solo 1 semana en Octubre.
Sea como sea, ¡qué nadie te quite la ilusión y las ganas de disfrutar del verano! Porque como se suele decir: la vida son dos días y uno lo pasamos durmiendo.
¿Quieres saber cómo puedes disfrutar del verano aunque no tengas vacaciones? Toma nota de estos 10 pequeños trucos y trata de poner en marcha al menos uno cada día. Porque la vida no termina cuando sales de la oficina 😉
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10 trucos para disfrutar del verano aunque tengas que trabajar
1. Aprovecha los recursos de tu ciudad
Aunque no te hayas ido a veranear a la mejor isla del Caribe o a la cosmopolita capital del mundo, tu ciudad también tiene mucho, muchísimo que ofrecerte. Si vives cerca de la playa, aprovecha las horas libres para despejarte en ella. Tomar el sol y bañarte, aunque sea 1 o 2 horas, te ayudará a recargar pilas y a disfrutar de ese olor a verano que solo el mar nos sabe dar.
Pero si vives en el interior, ¡también puedes hacer planes! Casi todas las ciudades cuentan con una piscina en la que te puedes refrescar. Si tienes bonitos paisajes, aprovecha para ver amanecer o atardecer en ellos. Lo que sea, con tal de llenar de recuerdos el disco duro de nuestro cerebro.
2. Dieta veraniega, los recuerdos de la infancia
No sigas comiendo lo mismo también en verano. Sabemos que poner la olla con lentejas y hacer comida para todos y para un par de días es lo más fácil y rápido, pero date el gusto de comer cosas apetitosas al menos en verano. Comidas fresquitas como ensaladas de pasta o arroz, también muy sencillas de hacer y con la posibilidad de hacer para varios días, pero no te olvides de los helados, los gazpachos y todo eso que tomabas de pequeño.
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3. Haz una escapada, aunque sea express
Aunque no tengas vacaciones como tal, seguro que tienes algún fin de semana libre o mínimo, un día a la semana. Si el día anterior también tienes la tarde libre, ¡hazte una escapada de 1 día y medio! Busca algún destino a no más de 1 o 2 horas de casa y aprovecha para visitar amigos o familiares o descansar en un buen hotel.
Mejor una salida express que nada, ¿no?
4. Disfruta de la oferta de ocio de verano
En verano, los Ayuntamientos invierten mucho más presupuesto en organizar actividades recreativas para sus habitantes y turistas. Conciertos al aire libre, cines de verano, actividades culturales, ferias y fiestas patronales, eventos deportivos… Acude a tu oficina de turismo y pide el calendario de actividades de verano. Te vas a sorprender con todo lo que puedes hacer sin salir de tu ciudad.
En invierno estamos mucho más metidos en nuestra rutina: los niños, el trabajo, el cole, las actividades extraescolares… y por qué negarlo, el frío también hace de las suyas. Pero los días largos de verano, el sol y el buen ambiente que se respira en cada esquina de tu ciudad hace que las ganas de salir con tus amigos se multipliquen por mil. Plantea al menos una quedada por semana, aunque sea para tomar un café con esa amiga del colegio a la que hace años que no ves, una salida a los chiringuitos con tus primos o una cena informal con tus compañeros de trabajo.
6. Lee más
¿Te gusta leer pero no tienes tiempo? ¡Aprovecha los ratos libres! El verano es la etapa ideal para leer esos libros «ligeros» que tienes pendientes desde hace tiempo. Una vez que cojas el hábito, estarás deseando tener un rato libre para retomar la lectura.
7. Que nadie te quite ese ratito para ti
Aunque hayamos hecho de la frase «no tengo tiempo» nuestro lema en la vida, siempre hay tiempo, sea media hora o tres horas. Busca tu rato para ti y que nadie te lo quite. Los ladrones del tiempo son los peores enemigos que puedes encontrarte en la vida y tener ese ratito diario para uno mismo es fundamental para mantener la cordura.
8. Planes con los niños
Ahora que los niños están de vacaciones, no lo veas como una responsabilidad o una carga añadida que te va a quitar (aún) más tiempo. Aprovecha para hacer planes con ellos: hay muchísimas opciones para que todos, niños y adultos, lo paséis bien juntos.
Ir a la piscina, salir al campo a pasear y recoger setas, hacer en casa un maratón de películas familiares, aprender a hacer una manualidad o visitar las ferias de la comarca son solo un ejemplo.
9. ¿Cuánto hace que no haces algo por primera vez?
Seguro que alguna vez te has preguntado hace cuánto no haces algo, pero… ¿te has hecho la pregunta al revés? ¿Hay algo que quieras hacer pero aún no has hecho? ¿Hay algo que nunca te habías planteado pero que ha llegado el momento de probar?
No sigas dándote plazos: ¡hazlo ahora! Recuerda este año como ese verano en el que hiciste una actividad de la que tenías muchas ganas, saliste por primera vez de viaje con tus amigos o fuiste a ese club de moda en el que nunca habías estado.
10. Despreocúpate más de la comida
La comida es una de las tareas de casa más complicadas de llevar, especialmente si los dos miembros de la pareja trabajamos a tiempo completo. En verano date un pequeño descanso: si el presupuesto te lo permite, pide comida a domicilio una vez a la semana, prepara más tuppers de una vez para despreocuparte durante varios días y tira de comida que no quiera mucha elaboración, como ensaladas. Nutritivas, baratas y fresquitas, ¿necesitas más? No te compliques y pasa menos calor evitando fogones y horno, apuesta por las comidas en crudo para disfrutar del verano un poco más. Ahorrarás tiempo y esfuerzo y eso, no está pagado con nada.
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