La palabra hernia procede de la voz griega epovs, que significa vástago o brote. Y sus orígenes del latín nos reflejan que ya se denominaba hernia, y nos acercan a la forma actual como es conocida.
¿Qué es una hernia?
De hecho se refiere que una hernia es una tumoración que se forma por la salida hacia el exterior de un órgano o parte del mismo. La forma más conocida y frecuente es cuando sale un asa de intestino al pasar por un punto débil de la pared muscular, ocasionando una protuberancia al salir al exterior que ocasiona un bulto o aumento de volumen en un área de la anatomía de los seres humanos donde habitualmente no debe estar.
Síntomas más frecuentes que encontramos cuando hay hernias
Generalmente no hay síntomas. No obstante en algunas personas hay molestias y dolor. Estas manifestaciones se pueden empeorar al hacer esfuerzo, pararse, o simplemente hacer algún esfuerzo notable, como puede ser levantar objetos pesados.
De cualquier manera el hecho más relevante es la presencia de una tumoración en forma de protuberancia que es sensible. Habitualmente el médico puede apreciar o sentir la hernia cuando efectúa el examen físico, más sin embargo esto se hace más manifiesto cuando la persona tose, se agacha, o puja conllevando que la hernia se agrande.
Cuando la hernia aumenta de tamaño puede obstruir el orificio por donde salió al exterior y afectar el riego sanguíneo, lo que se conoce como estrangulación. En estos casos es frecuente que aparezcan náuseas y vómitos así como tener dificultades para defecar. Este cuadro reclama la atención médica con carácter de urgente.
Para confirmar el diagnóstico es posible recurrir a una ecografía o tomografía computarizada.
¿Que causa las hernias?
Generalmente no se reconoce una causa determinante para explicar la existencia de una hernia. En ocasiones se presentan por esfuerzos físicos como levantar objetos con alto peso; pujar al defecar o cualquier actividad que aumente la presión dentro del abdomen.
En ocasiones son congénitas, es decir que las hernias están presentes en el momento del nacimiento en 5 de cada 100 niños apareciendo con mayor frecuencia en los varones. Es posible que en algunos casos los niños no evidencien síntomas hasta que alcancen la adultez. En muchos casos se considera el factor genético al encontrar antecedentes familiares de padecer hernias.
De todas maneras se acepta que cualquier actividad que aumente la presión en la pared abdominal puede conllevar el desarrollo de una hernia, como pueden ser:
- Estreñimiento crónico que hace que la persona puje, es decir, que tenga que hacer un gran esfuerzo para defecar
- Aumento de tamaño de la próstata que obliga a realizar un gran esfuerzo para orinar
- Tos crónica
- Sobrepeso u obesidad
- Levantar objetos pesados
- Desnutrición
- Hábito de fumar.
Tipos de hernias
Las hernias pueden afectar a hombres, mujeres y niños, estas se producen cuando un tejido pasa a través de un orificio a través de la pared muscular por donde correspondería que pasara una arteria u otro tejido. Esto justifica el que las hernias puedan aparecer en cualquier lugar del cuerpo, desde el cerebro, pulmón, músculo, columna vertebral y otras localizaciones, pero las más frecuentes son en el área abdominal.
Se conocen varios tipos de hernias, que dependen de su localización anatómica. Entre las más frecuentes se encuentran:
- Inguinal, en la región de la ingle. Es la más frecuente.
- Umbilical, alrededor del ombligo
- Incisional, a través de una cicatriz anterior
- Hiatal, una abertura en el diafragma, facilitando que la parte superior del estómago se deslice hacia el pecho
- Hernia femoral, así denominada por su ubicación en la región superior del muslo, por debajo de la ingle. Este tipo aparece con mayor frecuencia en mujeres.
Tratamiento
El tratamiento quirúrgico es el único aceptado con el que se puede resolver una hernia de forma permanente. Obviamente, las intervenciones quirúrgicas pueden ser más riesgosas para personas con problemas graves de salud.
Habitualmente se repara la apertura en la pared muscular. Durante el acto quirúrgico se garantiza que se cierre con mallas de acero o nylon el agujero que exista en el tejido afectado de la pared abdominal.
Para la mayoría de las hernias la evolución clínica es satisfactoria, sin embargo en ocasiones aparecen complicaciones. Entre estas encontramos daño a los nervios, que puede conllevar a que este presente insensibilidad en el área de la región inguinal, es decir, la ingle.
De todas maneras es oportuno consultar con el médico si la persona presenta una hernia dolorosa y no se pueden reducir, es decir, reintroducir en el abdomen usando presión suave el tejido fuera de lugar.
Otra consideración para consultar al médico es la presencia de náuseas, vómitos o fiebre al unísono de presentar dolor en la región afectada por la hernia, máxime si esta zona cambia de color o se encuentra enrojecida.