En 1950 se fundó la Organización Mundial de la Salud (OMS), y para celebrar tan importante acontecimiento se conmemora el hecho cada 7 de abril. Y este año se dedica a un tema trascendente: la Inocuidad de los Alimentos.
Y para nuestro sitio cobra particular connotación por ser parte esencial de nuestras justas aspiraciones: contribuir a que te alimentes, sí, pero de forma saludable.
Y mucho más importante es lograr que los alimentos cumplan su importante papel en la nutrición de los seres humanos, pero a su vez podemos lograr que estos sean apetitosos, satisfagan las necesidades de nutrientes y contribuyan de esta forma garantizar la salud de las personas.
Y ahí surge la obligada pregunta ¿Es saludable lo que comes?
Y he ahí el porque se ha tomado como tema central para este Día Mundial de la Salud la inocuidad alimentaria en aras de lograr que se gane conciencia de esta necesidad pero más aunque se promuevan acciones concretas para materializar tan justa y necesaria aspiración de evitar la oferta y consumo de los llamados alimentos insalubres
Y es que más de 200 enfermedades , que pueden ir desde las diarreas hasta el cáncer, están afectados por la contaminación con microorganismos, es decir virus, bacterias, parásitos o sustancias químicas nocivas.
Y estos alimentos insalubres constituyen hoy un problema para la salud de la población, por lo que puede constituir un freno para el desarrollo, comercio y el turismo de los diferentes países.
De ahí que alcanzar la conciencia por los actores de la sociedad, es decir campesinos, productores en general, pues también se debe involucrar a la industria, los profesionales de la salud encargados del control sanitario, pero sobre todo a los consumidores, que con su relevante papel protagónico son decisores al rechazar aquellos alimentos potencialmente perjudiciales para su salud.
¿Cuáles son las mayores evidencias que denotan la necesidad de trabajar por la inocuidad de los alimentos?
Al respecto se reporta por la OMS que las enfermedades gastrointestinales, entre ellas la infección por Escherichia coli y la salmonelosis entre otras, son la causa de muerte de más de 350 000 personas cada año y enferman más de 582 millones de seres humanos en el mundo.
Y entre las causas ocupa el primer lugar la ingestión de alimentos contaminados como son la carne de procedencia animal que no ha sido bien cocinada; mariscos crudos con la presencia de biotoxinas marinas así como frutas y hortalizas contaminadas con heces o pesticidas.
Y de hecho los alimentos pueden ser contaminados en cualquier etapa de la llamada cadena alimenticia; y lo triste es que la mayoría de estas enfermedades pueden ser prevenidas si la manipulación es la adecuada.
Otro factor a considerar, nada despreciable por su alto peso en el problema, es que estamos en presencia de un fenómeno globalización en el suministro de alimentos.
Y si bien es cierto que existen normas y códigos de prácticas recogidas en un documento denominado Codex Alimentarius que responde a las exigencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) existe un conjunto de recomendaciones que en su esencia son:
- Tener limpieza e higiene, de personas, superficies y utensilios utilizados para el procesamiento de los alimentos.
- Evitar la “contaminación cruzada” al mantener separados los alimentos crudos de los cocinados.
- No mezclar los utensilios y superficies que son utilizados en la preparación de los alimentos.
- Cocinar con las temperaturas estipuladas para cada tipo de alimento
- Una vez elaborados los alimentos se deben mantener a las temperaturas establecidas, es decir, si se consumirán de forma inmediata debe ser por encima de 60ºC y si van a ser conservadas en frío debe ser por debajo de los 5ºC.
- Optar por materias primas confiables.
Conservar la inocuidad de los alimentos en aras de garantizar la seguridad de lo que se come debe ser a partir del proceso de manipulación y producción hasta su destino: el consumidor. Así se podrá preservar tu salud.