¿Sientes que la sensación de culpa, justificada o no, está dominando tu vida? Nunca vamos a lograr alcanzar una vida feliz y plena si nos dejamos llevar por las emociones negativas, si aquello que nos provoca un mal sentimiento prevalece sobre lo que sí nos hace sentirnos bien. Una de las sensaciones más desagradables del ser humano es la culpa. La culpa nos destruye por dentro, nos rebaja el autoestima y nos hace sentir mal, hagamos lo que hagamos. Por ello, eliminar la culpa debe ser una de nuestras prioridades.
Obviamente, no te estamos diciendo que podemos pasar por la vida provocando el mal en los demás y sin ningún tipo de arrepentimiento o reflexión posterior. Como dice una famosa frase, «tu libertad termina donde empieza la del otro», por ello, es importante que tratemos siempre de tratar a los demás como nos gustaría, pero teniendo en cuenta que no podemos anularnos por otro ni vivir continuamente con el sentimiento de culpa.
Si te está ocurriendo esto, si desde hace tiempo te sientes muy culpable por algo y no consigues tranquilizarte ni ser feliz, esperamos que este artículo que te hemos preparado hoy te pueda ayudar a eliminar la culpa y volver a ser tú al cien por cien.
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Detecta qué te hace sentir culpable:
A veces, el sentimiento de culpa está realmente justificado. Imagínate que has hecho daño a alguien, que no has actuado como deberías o que hiciste una promesa que no pudiste cumplir. En estos casos, si el resultado final no es el que hubiésemos esperado, es muy habitual que aparezca este sentimiento de culpa.
Sin embargo, debemos distinguir si realmente somos culpables o no. Ya el hecho de decir «somos culpables» es un error, pero vamos a continuar por ahí para poder llegar a un resultado final. Como decimos, para determinar si «somos culpables» primero debemos detectar la causa de lo que nos hace sentir así, segundo, debemos pensar si esta causa fue intencionada o sin voluntad. Es decir, imagínate que has incendiado tu casa. ¿Cogiste una cerilla y lo prendiste todo o por el contrario fue un despiste que no hubieses querido que sucediera? La intencionalidad de la acción es lo que va a ayudarte a superar antes esa culpa.
Una vez que hayas detectado qué te hace sentir culpable y si hubo intencionalidad, llega el momento del paso más importante. Pedir perdón.
Pide perdón si es necesario:
¿Con tus actos has dañado a alguien? Lamentamos decirte que, aunque la mayoría de nosotros tenemos entre las prioridades de nuestra vida el no hacer daño a los demás, lamentablemente, al final todos terminamos siendo los malos en el cuento de alguien. Intencionado o no, es importante que reúnas valor, te sientes a alguien con esa persona y pidas perdón por lo sucedido.
Este pequeño gesto te aseguramos que te va a ayudar a cerrar heridas, tratar de disculparte con los demás y con la vida y seguir tu camino. Depende de lo que haya ocurrido, es posible que el otro no se muestre muy receptivo. Inténtalo todo lo que haga falta sin caer en agobiar al otro, prueba en días diferentes o incluso de modos distintos. Verás como, cuando el otro acepte tu perdón, te vas a empezar a sentir mucho mejor contigo mismo.
Además de pedir perdón también es importante, para ti y para el otro, que ofrezcas una solución y tu propósito de enmienda, si es posible. Si la situación ya no es reversible, ofrece tu apoyo e incondicionalidad para tratar de suplir aquello que se ha roto con tus actos y que ahora te hace sentir tan culpable.
Aprende de las enseñanzas que te haya dejado la vida:
Nadie es perfecto y nadie nace sabiendo. Eso te lo debes grabar a fuego. ¿Por qué? En ocasiones, caemos en situaciones en las que no sabemos cómo hemos entrado pero todas nos dejan enseñanzas más allá de la culpa. Por ello, es importante que cuando hagas el acto de reflexionar para ver qué te está causando culpa, también evalúes en qué no has obrado bien y aprendas de ello, para, en el futuro, mejorar y no volver a caer en la misma situación.
Solo tropezándonos aprendemos a levantarnos. Solo cayéndonos aprendemos a seguir en pie. Y solo equivocándonos aprendemos a no errar en el futuro… al menos, en el mismo error. Lo importante es, sobre todo, querer aprender de ello. Verás como, cuando seas consciente de esto, conseguirás eliminar la culpa un poco más y ya estarás más cerca de vivir sin ella.
Cierra ciclos:
Uno de los últimos pasos es el de cerrar ciclos si queremos eliminar la culpa. Ya hemos aprendido de la situación, hemos detectado lo que nos pasa y hemos pedido perdón si era necesario. Por tu parte, ya has hecho todo lo posible para seguir adelante y es lo que debes hacer. Todos tenemos un camino y todos debemos continuar con él. Por ello, aprender a cerrar ciclos es vital para poder seguir con nuestra vida y dejar que los demás también lo hagan.
Un error muy frecuente del ser humano es quedarse atascado continuamente en el mismo punto, mirando hacia atrás, hacia lo que fue y ya no es o hacia lo que pudo haber sido y no fue. Aprende que en la vida todo, absolutamente todo, son etapas. Y si no, fíjate en los diferentes estados por los que has ido pasando: el colegio, el instituto, la universidad, buscar trabajo… después vendrá la jubilación. Con las personas pasa lo mismo y con algunas etapas también, con lo que te hace feliz pero también con lo que te hace infeliz. Por lo tanto, si estás bien, aprovéchalo porque quizás no siempre estés así, y si estás mal, tranquilo, porque vas a salir. Siempre se sale.
No vivas continuamente mirando hacia atrás:
Y relacionado con lo anterior, también te va a ayudar recordar que no podemos vivir continuamente mirando hacia atrás. Este es un punto muy importante para cerrar etapas, seguir adelante y eliminar la culpa.
Si ya has trabajado en ello, llega el momento de dar carpetazo y cerrar, seguir con tu camino. No te fustigues recordando continuamente la causa de lo que te hace sentir culpable, no te lo mereces. Aprende, agradece, olvida, pide perdón y sigue. Respira, nadie puede sentirse culpable eternamente porque, lo que empieza como un simple y humano sentimiento de culpa, puede derivar en otros problemas mayores, tanto psicológicos como físicos.
Cuídate de todo aquello que te haga sentir mal, de las malas sensaciones, sentimientos y pensamiento que, inevitablemente, rodean al ser humano y aprende a ser feliz con lo que tienes y con lo que haces, pero sobre todo con lo que eres. Y recuerda, que nadie es perfecto, pero que todos deberíamos ser felices.
Y tú, ¿has pasado alguna vez por alguna etapa de sentirte muy culpable por algo? ¿Cómo has podido afrontar y enfrentar la situación y volver a ser feliz después de eliminar la culpa? O por el contrario, ¿te sientes mal ahora por algo? Cuéntanoslo en los comentarios o en nuestras redes sociales y entre todos nos ayudaremos.
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