Cuando sentimos un dolor, surge una gran duda, cuándo aplicar calor o frío para disminuir el dolor. El tratamiento que se realiza durante los primeros minutos de una lesión es fundamental para su rápida recuperación.
Ante un pequeño accidente como torcedura de tobillo o un suave golpe, no sabemos exactamente cómo reaccionar. En esos casos recibimos consejos de todo tipo, mientras unos nos acercan hielo, otros nos indican unas cremas que aportan calor, asegurando de que es la solución más acertada.
La verdad es que ambas terapias ayudan a disminuir el dolor, pero una es más conveniente que otra para el tratamiento de la lesión. De allí es que surge la gran confusión. Incluso en algunos casos la solución es una combinación de frío y calor.
Pero no te preocupes aquí te daremos unas reglas claras para disipar cualquier duda. Para eso comenzaremos con los efectos que tiene aplicar frío en nuestro y luego el efecto que tiene aplicar calor.
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Cuándo aplicar frío
Aplicar frío para tratar el dolor por una lesión se denomina crioterapia. Se la utiliza de varias maneras con efectos variados. El más importante de ellos es la sedación, cuando la piel toma contacto con el frío la anestesia localmente por unos segundos. Además, de otros efectos importantes como el antiinflamatorio.
Cómo aplicar frío a la zona a tratar
Para lograr el efecto deseado se debe aplicar frío a la zona con dolor durante 10 a 30 minutos. Si se aplica por menos tiempo no se logrará ningún efecto y si lo dejamos por más tiempo el cuerpo tratará de calentar dicha zona enviando mayor irrigación a dicha zona.
Por eso debemos retirar antes de media hora y dejar la zona libre por al menos una hora. Si el dolor sigue volvemos a aplicar por 10 a 30 minutos. También debemos tener la precaución de no aplicar hielo directamente sobre la piel porque correríamos el riesgo de provocar una quemadura.
La forma más adecuada de hacerlo es colocar una servilleta o paño limpio entre el hielo y la piel. En algunas farmacias se puede encontrar sprays o bolsas con refrigerante que se utilizan para conservar la cadena de frío de algunos medicamentos.
En tiendas ortopédicas encontrarás los llamados cold-packs, que tienen la forma ideal para adaptarse a algunos sitios complicados como el tobillo o la rodilla.
Efectos que tiene el frío en nuestra piel
El frío produce muchos cambios en nuestro organismo, pero cuando se trata específicamente de una lesión, el frío tiene los siguientes efectos:
Analgésico
Luego de unos minutos de contacto del frío con la piel, disminuye el dolor y eso se debe a una disminución de la sensibilidad en ese lugar. La percepción del músculo-esquelético disminuye ofreciendo un efecto analgésico.
Antiinflamatorio
Otro efecto que tiene el frío en la piel es que produce vasoconstricción, disminuyendo la irrigación sanguínea en esa zona. Este efecto hace que la zona se desinflame en caso de que haya ocurrido un traumatismo.
Relajación muscular
El aporte de frío a un músculo produce que lo relaje, por lo tanto, disminuye el dolor. Esto ocurre porque el frío reduce la espasticidad del músculo.
Por lo tanto, aplicar frío es muy útil para tratar contusiones, dolor muscular, esguinces o cualquier molestia luego de un trabajo físico intenso.
Cuándo aplicar frío local
En casos de un traumatismo muscular o articular y no exista una herida abierta o fractura, se puede tratar con hielo dentro de las primeras 72 horas. Pasado dicho tiempo, el calor puede dar un mejor tratamiento a la parte muscular. Esta es una regla clara de cuándo aplicar calor o frío.
Al sufrir una caída, el mejor tratamiento es la aplicación de frío inmediatamente. También se aconseja aplicar frío luego de una sesión intensa de ejercicio físico. Pero, siempre que haya ocurrido dentro de tres días. Si se trata de una lesión más antigua conviene aplicar calor que es mucho más confortable.
Cuándo aplicar calor
Aplicar calor a una zona del organismo para tratar una lesión se denomina termoterapia y tiene efecto sedante y relajante. Para ello se utiliza el vapor o agua tibia, en cuanto a la temperatura se considera que es caliente cuando supera la temperatura del cuerpo.
La máxima temperatura dependerá de la sensibilidad de la persona, teniendo la precaución de que no produzca quemaduras en la piel.
Cómo aplicar calor a la zona a tratar
Para que el calor logre afectar a la zona a tratar se debe aplicar por un período de 10 a 30 minutos. Si se aplica por un período menor no alcanzará a producir efecto y si se pasa el tiempo puede producir mareos, especialmente si se aplica en zona claves como en las cervicales o espalda.
Pasadas algunas horas se puede volver a repetir si el dolor o ha pasado todavía. Existen muchas maneras de aplicar calor al cuerpo. Algunas de ellas se pueden usar sobre la piel sin protección, tales como el vapor o sesiones de lámpara de infrarrojos o microondas.
Pero en algunas situaciones como el agua caliente será necesario aplicar una servilleta para disminuir el riesgo de sufrir quemaduras. En caso de utilizar mantas eléctricas o hot-packs que se calientan en microondas, conviene proteger la piel con una servilleta o paño limpio. Recordando siempre que la persona debe sentir calor, pero de manera agradable.
Efectos del calor en la piel
La aplicación de calor o termoterapia tiene efectos muy positivos en nuestro organismo, especialmente cuando se trata de una lesión.
Sedante
El calor al igual que el frío produce la sensación anestésica, pero por razones diferentes. El calor ayuda a relajar los músculos, aliviar la fatiga muscular y disminuye la conducción nerviosa de los estímulos del dolor, por ello se siente un alivio casi inmediato del dolor.
Vasodilatador
Este efecto es totalmente contradictorio al del frío. El calor produce un aumento de la irrigación sanguínea en dicha zona, por ello es que no se aconseja aplicar calor cuando hay inflamación.
Por otro lado, como ventaja, la vasodilatación favorece a la nutrición de los tejidos y la eliminación de sustancias tóxicas, disminuyendo el dolor en la zona donde se aplique.
Disminución de la presión arterial
Como un efecto secundario de la vasodilatación, se produce una disminución de la presión arterial, permitiendo que la persona se sienta mucho más relajada. Pero se debe tener la precaución de que no le produzca mareos.
Cuándo aplicar calor local
Se recomienda aplicar calor o termoterapia en una lesión que lleve más de tres días, especialmente si existe inflamación en la zona. Esta es una de las reglas claras de cuándo aplicar calor o frío.
Cuando ocurre una lesión o contusión muscular o articular, se recomienda realizar aplicaciones discontinuas de frío dentro de las 72 horas. Pasado ese tiempo, es decir, si se continúa con una evolución aguda, se recomienda aplicar calor.
Para aliviar la artrosis, por ejemplo, se recomienda calor, pero en caso de una artritis, el frío ayuda mucho más. La aplicación de calor puede empeorar los síntomas.
En caso de que hayas comenzado recientemente una actividad deportiva, te aconsejamos que leas: Cómo evitar una lesión deportiva de manera efectiva.
Cuándo aplicar calor o frío
Ahora que conocemos el efecto que tiene el frío y el calor en nuestro organismo, podremos determinar de manera segura cuándo aplicar calor o frío. A modo de resumen podemos indicar que, si se trata de un traumatismo, bursitis, calambres, lesión muscular, hematoma o inflamación es mejor aplicar frío.
En cambio, si se trata de una contractura muscular, se recomienda la aplicación de calor. Porque los efectos del calor tienen un efecto más duradero del frío, además que es mucho más confortable y relajante.