Hoy quisiera compartir con Ustedes un tema apasionante pero muy controvertido: la memoria y el envejecimiento.
Las situaciones que se derivan de la afectación de la memoria en la medida que envejecemos o lo hace algún familiar cercano incluye de forma directa o indirecta a muchas personas, a todas aquellas que ya se encuentran comprendido en el grupo de “adulto mayor”.
Es de todos conocido que el cerebro es el centro de control del cuerpo, sentidos, pensamientos y recuerdos que se almacenan, estos últimos, en forma de información en lo que conocemos como memoria que se distribuye en diferentes partes del propio cerebro. Como si fueran archivos de una computadora, que solo se usan cuando hace falta, pero están ahí, guardados, listos para usarlos.
Y esta información almacenada en la memoria puede ser clasificada en memoria reciente, donde se puede incluir lo que usted hizo en las últimas horas del día; en tanto la información almacenada en la memoria a corto plazo puede incluir hechos que acontecieron en días pasados en tanto la llamada memoria anterior, a largo plazo o remota, incluye hechos que quedaron almacenadas en la memoria años atrás, como pudieran ser los recuerdos de la infancia.
¿Qué cambios del cerebro aparecen con el envejecimiento?
A medida que se envejece se desarrollan cambios naturales en el cerebro que se caracterizan por pérdida de peso, es decir manifestaciones de atrofia, transmisión lenta de mensajes, acúmulo de productos de desecho que forman las placas y los pigmentos grasos de color marrón llamados lipofuscina.
Con el decursar de los años comienza el proceso conocido de perder algunas neuronas. Esto transcurre de forma imperceptible para los seres humanos, pero también es un hecho que ocurre de forma acumulativa.
Inmediatamente después de loa adolescencia esto no se da a notar en tanto al transcurrir los años comienza a manifestarse.
A esto se suma que se disminuye de forma paulatina la producción de las sustancias químicas necesarias para el normal funcionamiento de las neuronas. Y esto se encuentra íntimamente relacionado con el transcurso de los años y por lo tanto con el envejecimiento, ocasionando los conocidos cambios en la memoria del adulto mayor.
Estos cambios en la memoria que afloran con el envejecimiento pueden cambiar la manera en que el cerebro almacena información y se hace más difícil recordar hechos que se encuentran en la información almacenada.
En este escenario que acompaña irremediablemente al envejecimiento podemos encontrar que la memoria a corto plazo y la memoria remota, no se encuentran afectadas.
Sin embargo no sucede así con la llamada memoria reciente que se ve afectada al punto que puede presentarse el olvido de hechos que prácticamente acaban de suceder y que se convierten en cambios frecuentes que pueden ser considerados como normales, sin dejar de ser alarmantes para la persona y familiares y amigos cercanos.
Esto determina variabilidad en las funciones cognitivas que de conjunto con otros factores como son educación, nivel de actividad así como los factores genéticos, determinan en su conjunto como se manifestarán en la vejez.
Y estos hechos, por solo mencionar un país, afecta aproximadamente al 40 % de los estadounidenses de 85 años y más manifiestan alguna expresión de pérdida de memoria, según se reporta por el Pew Research Center.
¿Qué cambios en la memoria podemos considerar que no están en el patrón normal?
Entre las manifestaciones de problemas de memoria que no constituyen la expresión normal del envejecimiento se pueden encontrar:
- No recordar sucesos con mayor frecuencia que con anterioridad
- Presentar dificultad para aprender e incorporar nuevas cosas
- Olvidarse el cómo hacer cosas que ha hecho en ocasiones anteriores
- Pensamiento reiterativo, es decir la repetición de frases, hechos e historias en el contexto de la misma conversación
- Presentar dificultades para tomar decisiones
- No ser capaz de llevar el registro del acontecer diario
¿Cómo se puede definir cuan graves son los problemas de memoria?
De forma habitual se pueden presentar problemas de memoria sin que afecten el normal desenvolvimiento de la vida diaria lo que conlleva que exista olvido de hechos y nombres en algunas ocasiones.
Debemos empezar a preocuparnos si aparecen problemas para recordar cómo ejecutar el hacer cosas que se han con anterioridad en muchas ocasiones, o no poder desplazarse a lugares bien conocidos o cumplimentar acciones de actividades continuas como puede ser hacer una receta de cocina, por solo mencionar algunos ejemplos.
De hecho, la modificación de la memoria es consustancial al envejecimiento, sin embargo, la cuantía, es lo que debe ser motivo de preocupación para ir a visitar al médico.