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Causas por las que engordas aunque estés a dieta

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Causas por las que engordas aunque estés a dieta

Ninguna dieta es milagrosa. Y si te prometen que lo es, entonces lo más probable es que será perjudicial para tu salud. Pero una cosa es que no adelgaces todo lo rápido que quisieras y otra que engordes. Evidentemente, si estás a dieta y engordas algo estás haciendo mal. La causa se puede encontrar en el tipo de alimentación que estás llevando, pero también en tu estilo de vida o en otros factores como tu predisposición genética, alguna medicación que estés tomando o incluso algún factor psicológico.

Por todo ello, hoy queremos ayudarte a identificar la causa por la cual engordas aunque estás siguiendo una dieta para conseguir mejorar los resultados de la misma.

Antes de comenzar, debemos recordarte que es importante que tengas paciencia. Si hace poco que la has empezado es muy probable que no veas los resultados hasta que no pase un tiempo prudencial. Evidentemente, no te pedimos que esperes tres meses hasta ver que pierdes unos gramos, pero sí que no intentes perder tres o cuatro kilos en solo un par de días o incluso en una semana. Cada cuerpo reacciona de una manera y hay muchas personas que detectan los cambios a toro pasado.

Eso sí, una cosa es no adelgazar y otra engordar. ¿Qué puede estar ocurriendo? Te lo contamos.

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Contenido

Posibles causas por las cuales estás a dieta pero no adelgazas

Barriga de excesos

Factor genético:

Sí, la predisposición genética es realmente importante en este aspecto. Si este es tu problema, no podrás hacer otra cosa que ponerte en manos de un nutricionista, quien evalúe en base a tus informes médicos cual es el mejor camino para tratar de combatir tus circunstancias personales.

Estilo de vida sedentario:

Sirve de poco que apenas comas un par de lechugas al día si después no haces nada de ejercicio. La clave para perder peso es sencillamente quemar más de lo que consumimos, por lo que si tu día a día habitual se basa en quedarte en casa en el sofá viendo películas en Netflix y solo moverte para ir a la nevera, lamentamos decirte que así no vas a lograr adelgazar aunque hagas la mejor dieta del mundo.

No te decimos tampoco que ahora debas convertirte en un atleta profesional o que corras una maratón. Basta con llevar un ritmo de vida menos sedentario y moverte más. Saliendo a caminar, haciendo las tareas de la casa, practicando algún ejercicio que te guste o incluso yendo a bailar. ¡Lo importante es moverte!

En este sentido, algo que te vendrá muy bien es tener una pulsera de actividad o pulsera cuantificadora. Hay muchísimos tipos, desde las más avanzadas tipo Fitbit, Garmin o Polar, hasta otras de marcas chinas muy baratas que igualmente te pueden servir para llevar un registro de tu actividad, ponerte metas y sobre todo cumplirlas. Proponte un objetivo mínimo de pasos al día y cúmplelo.

Mal reparto de las calorías:

Si la dieta te la has puesto tú mismo o te has bajado la primera que has visto por Internet, es posible que si estás engordando sea porque no es la adecuada para ti. No cualquier dieta nos vale. De hecho, hay quienes engordan con determinados tipos de planes alimentarios.

Otro error muy recurrente es olvidarnos de algunos nutrientes o incluso repartir mal las calorías. Recuerda siempre la vieja máxima de: «desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo».

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Factores psicológicos:

Los factores psicológicos también influyen y mucho sobre nuestro peso. No solo porque nos pueden provocar atracones a deshoras que harán que tiremos por tierra todo el camino que ya hemos recorrido, si no que además también influyen directamente en nuestro metabolismo y en la forma del cuerpo de gestionar las emociones, lo que incide en nuestro peso.

El estrés, la ansiedad y la depresión son algunos de los motivos por los que es posible que no consigas adelgazar. Es cierto que a muchas personas les da por perder muchísimo peso, pero a otras no, por lo que si estás en este caso segundo, revísatelo porque tu causa puede estar precisamente en esto.

Medicación / Problema de salud:

Este tema es más importante. Si estás a dieta pero en lugar de adelgazar engordar, mucho cuidado, consulta con un doctor porque puede ser que tengas un problema de salud. No te preocupes, no te asustes. No tiene por qué ser grave. De hecho, es posible que se trata de algo pasajero, pero también puede ser algo más importante, por lo que si el cuerpo te está emitiendo esta alerta, no te conformes y acude a un doctor para que en base a los análisis que él estime oportunos pueda determinar si hay alguna causa física o de salud por la cual estás engordando a pesar de estar cuidando tu alimentación.

También, si estás tomando alguna medicación, ten en cuenta que muchas de ellas suelen engordarnos. Consulta con tu farmacéutico o con el mismo médico que te las ha recetado y si ves que te engordan demasiado quizás podáis cambiarlas. Pero recuerda, siempre bajo supervisión médica.

Cambios hormonales:

Esto es mucho más frecuente en mujeres que en hombres. Los cambios hormonales propios de la adolescencia, de la menopausia o incluso del ciclo menstrual nos hacen engordar o adelgazar (más bien engordar) sin causa aparente, pero sí que la hay. Son precisamente los cambios hormonales por los que pasa nuestro cuerpo los que hacen que no consigamos nuestro objetivo de peso.

Hábitos perjudiciales:

Si estás a dieta estricta pero llega el fin de semana y te tomas cinco copas de alcohol seguidas, lamentamos decirte que estarás tirando por tierra la mayoría de los avances que has hecho entre semana. Este es solo un ejemplo de algunos de los hábitos más perjudiciales para nuestro peso. ¿Cuál es la solución? Tratar de ser equilibrado en todo. No te des un gran atracón un día y al día siguiente no comas nada, esto, además, no es nada sano. Por lo tanto, trata de llevar un equilibrio tanto con la alimentación como con los hábitos que componen tu día a día.

dieta Deja de temer la báscula

Tiempo y paciencia:

Por último, si estás engordando a pesar de estar a dieta y has descartado todo lo dicho anteriormente, solo nos queda pedirte algo: paciencia. El tiempo lo cura todo, también esos kilos de más, así que solo tienes que poner de tu parte, descartar alguna causa física o psicológica que te esté llevando a ganar peso, acudir a un nutricionista para que lleve un control de tu dieta, tomar una buena alimentación y moverte del sofá, para que con el tiempo vayas viendo cómo la báscula se convierte en tu mayor aliada.

Hacer las cosas bien siempre nos trae recompensa y cada cuerpo es un mundo, no pretendas conseguir los mismos resultados que tus amigos en el mismo tiempo. A veces, lo que más queremos conseguir nos cuesta un poquito más, pero lo importante es no flaquear por el camino. Dicen que quien espera desespera, pero nosotros te decimos que a quienes esperan les llegan las mejores recompensas.

Y tú, ¿qué causas encuentras para que no adelgaces a pesar de estar a dieta?

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