Las muelas del juicio aparecen tardíamente, pero nadie se preocupa por ellas hasta que realmente empiezan a doler.
La razón por la cual las personas se ven aquejadas por este problema es que no poseen el espacio necesario en la cavidad bucal para albergar un tercer molar. Esto obliga casi siempre a someterse a la operación de removerlos para evitar daños mayores. También existe la posibilidad de que nunca lleguen a salir.
Aunque las plantas medicinales nos pueden ayudar a paliar el dolor, es tan fuerte que en la mayoría de los casos no son suficientes.
¿Qué son las muelas del juicio?
Las muelas del juicio no son más que el tercer molar, denominado comúnmente cordal, el cual puede comenzar a brotar desde los 17 años hasta los 25. Esto no excluye que puedan aparecer varios años antes o muchos años después de ese rango.
En total poseemos cuatro muelas cordales, siempre situadas al final de cada línea de la dentadura. Dos arriba en cada lado, y dos abajo.
Las muelas del juicio provienen de nuestros ancestros más antiguos, los homínidos, o monos bípedos. La dieta de estos animales era exclusivamente vegetal y por tanto, la comida llevaba mucha más masticación que nuestra dieta actual.
Para lograr la trituración necesaria de las plantas, estos animales poseían molares adicionales que los ayudaban en la tarea. Después de siglos de evolución, nuestra mandíbula fue reduciendo su tamaño significativamente en comparación con los primates.
A pesar de ello, los humanos de hoy en día conservamos estos dientes de aparición tardía como vestigio de ello; y a causa del empequeñecimiento de la cavidad bucal, pueden llegar a provocarnos serios dolores de cabeza… y de muelas, claro.
¿Por qué se llaman muelas del juicio?
A pesar de que el nombre muelas del juicio parezca indicar que proviene de algún tipo de orden penal, se refiere a la edad en que suelen aparecer.
El nombre se debe a que emergen generalmente a partir de los 17 años, cuando se supone que hemos alcanzado la mayoría de edad. Entonces, este tercer molar anuncia que ya a esta edad tenemos más juicio (capacidad de discernir el bien y el mal) que cuando somos pequeños.
El español no es la única lengua que tiene esta singular forma de llamarlas. De hecho, el término fue tomado del latín dens sapientiae (diente de la sabiduría), pero su denominación científica actual es dens molaris tertius (tercer diente molar).
Otras lenguas que comparten definiciones similares son el inglés wisdom tooth, el italiano dente del giudizio, el francés dent de sagesse y hasta el chino, Zhi (sabiduría) Ya (diente).
¿Cuándo deben extraerse las muelas del juicio?
Al carecer del suficiente espacio en la cavidad bucal, por las razones evolutivas ya mencionadas, las muelas del juicio suelen empujar los dientes aledaños en su esfuerzo por salir.
También suelen afectar a otros dientes al desarrollarse, provocando malformaciones de la dentadura. Cuando esto ocurre, el tercer molar debe extraerse.
Su exodoncia o extracción, tiene que realizarse cuando produce varios síntomas. Lo más comunes son la presencia de un fuerte dolor en toda la mandíbula, torceduras del resto de los dientes e infecciones.
Muchos médicos recomiendan la extracción simultánea de los cuatro si uno de ellos presenta problemas para evitar futuras dolencias. Mientras que otros más radicales son de la opinión de que deben removerse siempre con fines preventivos.
El médico indicado para realizar este procedimiento debe ser un cirujano maxilofacial, por sus conocimientos especializados. No obstante, es el odontólogo o dentista quien debe detectar el problema y hacer la remisión.
En su consulta se realizará una ortopantomografía (radiografía general de toda la zona), donde se podrá determinar a tiempo si hay espacio suficiente para que el tercer molar brote. Esto es posible ya que la base del diente está escondido en la mandíbula desde la niñez.